Paella y circo a los pozueleros para huir del contacto verbal
A ver, concejales, vamos a cantar todos, diría la alcaldesa Quislant:
"Hoy hay paella, que delicioso manjar, tiene de todo, sólo le falta el caviar. Tiene pimientos, morrones !!! Tomate y azafrán y también tiene una gamba, para toda la unidad. La gamba, eoo!! que tenía, eoo!! la paella que comimos aquel día, eoo!! tan fina eoo!! tan delgada, eoo!! que la tengo en la garganta atravesada, eoo!! los jueves, eoo!! que hay paella, eoo!! todos miran a la gamba y huyen de ella, eoo!! y es por eso, eoo!! San Francisco, eoo!! que es que estoy hasta los huevos del marisco".
Esta canción popular se me venía una y otra vez a la cabeza este lunes, cuando los concejales del grupo Popular -y el figurín Macías, de Ciudadanos- repartían 1.000 raciones de paella en la Finca Ulecia, en las fiestas de Pozuelo Estación.
Ya hemos conseguido que se pongan guantes para repartirla. Porque hace un par de años, ni eso. Pero además pediría a la alcaldesa y concejales el carné de manipulador de alimentos. Claro, pero la competencia de Sanidad en estos menesteres la tiene el propio ayuntamiento, y éste a lo mejor se está haciendo trampas en el solitario. ¿Será prevaricación? Ahí lo dejo.
¿De verdad que tenemos que asistir todos los años a semejante espectáculo? ¿La alcaldesa y concejales -cual ricos terratenientes de pueblo- dando de comer a la plebe? ¿O el rey que sale de su castillo una vez al año para alimentar a sus súbditos? ¿La escena no es un poco añeja y casposa?
No se trata de que no inviten a los vecinos a comer paella. Al fin y al cabo, demanda hay, pues las mil raciones preparadas desaparecieron tras una larga cola de una hora. Y no era aquello un comedor social; probablemente muchos de los que allí acudieron cobran más que la alcaldesa.
Lo que critico no es que el Ayuntamiento invite, sino que se ponga el equipo de gobierno unos guantes de látex para repartir ellos la paella. Lo propio de una democracia moderna es contratar a personal que reparta las viandas mientras el equipo de gobierno está por allí, mezclado con el pueblo, y hablando con la gente de lo que les interesa. Lo que les importa a los vecinos, y no a los políticos. Pero claro, eso supone que el representante público salga de su área de confort detrás de una mesa llena de platos de plástico con paella.
Curiosamente, los representantes de la izquierda -PSOE y Somos Pozuelo- andaban por allí pero no participaban en este singular reparto de alimentos. Casualmente, a pocos metros el PP de Pozuelo celebraba su día del afiliado, invitando a cerveza y pinchos, aunque con cuentagotas. Pan y circo.
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