Larga vida a la alcaldesa que ha conseguido que seamos la ciudad con menos parados y más longevos

La redacción de este periódico me hizo llegar hace unos días una ¿noticia? enviada por el Ayuntamiento de Pozuelo. No querían sacarla como información propiamente dicha, porque el tema da vergüenza ajena.

Y aquí estoy yo, para aplicar esos picotazos certeros sobre todo cuando se trata de estupideces que hacen o dicen los políticos. O sea, casi siempre.

La citada nota de prensa decía que “la alcaldesa recibe a dos diputadas de Argentina, interesadas por las políticas que se llevan a cabo en la ciudad”.

El titular podría tener un pase, suscitar el interés de algún lector avezado en la vida política. Ahora, lo que ya es para orinarse es el subtítulo: “Susana Pérez Quislant ha destacado de Pozuelo de Alarcón que “las políticas que se llevan a cabo han situado a esta ciudad como la de menos paro y más esperanza de vida del país”.

Lo siento, pero me negué -y me niego- a seguir leyendo. Porque si todo lo que ha aportado la alcaldesa a este municipio es bajar el paro y subir la esperanza de vida esto quiere decir que no ha hecho nada en estos siete años que lleva gobernando.

Y para colmo en la foto que envían está como convidado de piedra el portavoz naranjito Damián Macías, cuyo único mérito es forzar a sus propios concejales para que votaran afirmativamente al presupuesto del PP. Él sí ha vivido bastante bien en estos años. Vaya modo de hacer el ridículo.

Quislant está cavando su propia tumba (política, jejeje). Es que ni siquiera la mandarán para quitarla de enmedio al cementerio de elefantes de la Asamblea de Madrid cuando termine la legislatura. Si todo lo que tiene que ofrecer como fruto de su gestión son dos aspectos en los que ella no tiene ninguna competencia ni capacidad de mejora es que su percepción de la realidad está más jodida de lo que pensaba. Síndrome del búnker de la segunda planta, lo llaman los trabajadores municipales.

No tengo más que añadir. Las estupideces se desmontan por sí solas.