Los lunes al sol de la alcaldesa
Ayer me acerqué a la Plaza Mayor. Me contaron que el Ayuntamiento había convocado un minuto de silencio por los atentados de Londres y me acerqué a presentar mis respetos. Mi primera reacción, de sorpresa al ver que la mayoría de los que acudieron eran trabajadores municipales. Al menos salían todos de la Casa Consistorial.
Mi segunda reacción, de sorpresa. De alucine. Porque no estaba la alcaldesa Pérez Quislant. Y me interesé por ello.
¿Qué le habría pasado para no acudir a tan importante acto institucional? Y le pregunté a una chica. Me dijo que ella trabaja en el Ayuntamiento, y que no me debe extrañar la ausencia de Pérez Quislant. “Ella no viene ningún lunes”, me dijo.
¿Cómo puede ser eso? Le dije yo, tirándole de la lengua. No me lo creo, le apostillé. Ella se envalentonó y me contó que ni antes, que tenía un master los lunes, ni ahora que ya lo ha terminado. “Hacerse un lunes al sol, así es como lo llamamos aquí”, finalizó. Y no me quiso contar más, porque el concejal Arístegui la estaba mirando. Y claro, como es el concejal de personal, hay que tener cuidado con él y con los acosos, me dijo. Y se marchó por donde había venido.
Y yo me quedé preocupado, afilando mi aguijón. No me lo acabo de creer del todo. No es posible que la primera autoridad del Ayuntamiento de Pozuelo se tome días laborables libres, cuando ella -según me dicen- es muy exigente con las asistencias ajenas. Debe ser que nadie la ve, porque está encerrada en su bunker de la segunda planta. Pero ir, va, seguro.
Por si acaso, a lo mejor Arístegui le debería pedir que fiche, como los demás, para ver si cumple las horas mínimas de trabajo. Por el qué dirán, más que nada.
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