Hasta siempre, Juan Pablo II
¡Hasta siempre, España! Así se despedía Juan Pablo II en el aeropuerto de Barajas la última vez que pasó por nuestro país, hace ahora casi dos años. Algunos ya intuían que ese saludo de despedida tenía un sentido muy especial. Ahora sí que se nos ha ido físicamente, aunque todos estamos convencidos de que nos contempla desde el Cielo.
La noticia del fallecimiento del Pontífice ha impactado a personas de todas las naciones, credos y colores. Pero es más lógico que la huella sea más honda entre los habitantes de un país que ha recibido sus visitas durante 5 veces a lo largo de sus casi 27 años de pontificado. Por eso, España está desolada –no hay más que ver la cantidad de manifestaciones de afecto en catedrales y plazas públicas-, más si cabe, porque el roce hace el cariño.
Hay que hacer notar la gran sensibilidad mostrada por nuestros políticos –con deshonrosas excepciones que no vienen al caso- al decretar varios días de luto oficial. Tal es el caso del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón, donde el Alcalde Jesús Sepúlveda ha propuesto tres días de duelo en señal de respeto y cariño al Pontífice. Los vecinos de la localidad ya habían acudido en masa a los templos de la localidad durante los últimos días para pedir por el Papa; también lo hicieron al conocer la noticia de su fallecimiento. Seguro que habrán agradecido este detalle de empatía de sus representantes políticos.
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