El Ayuntamiento crea un proyecto para proporcionar una familia a mujeres con discapacidad psíquica

El proyecto “Una familia a mi lado”, pretende poner en contacto a mujeres de la fundación María Magdalena con discapacidad psíquica sin familia o cuyos vínculos familiares han desaparecido, con familias interesadas en atenderlas.

Beatriz Elola.

La primera fase del proyecto supondría la constitución de un grupo de familias voluntarias a las que se asesoraría y se recalcaría en la necesidad de la implicación si se quiere inscribir en el proyecto. Después se haría una visita al centro, situado en Las Lomas, para conocer a las personas con discapacidad y el ámbito en el que viven. Entonces, se harían entrevistas individuales con profesionales y técnicos para conocer la realidad del voluntariado y crear proyectos adecuados a la disponibilidad de las familias. El seguimiento técnico siempre estaría presente a partir de ese momento. Para suscribirse hay que acudir a la Concejalía de Familia y Bienestar Social, situado en la Avenida de Europa número 19, sin que sea necesario hacer trámite legal alguno.

La Fundación María Magdalena que, desde 1980 apoya a mujeres mayores de edad con discapacidad psíquica que carecen de una familia en la que apoyarse, han llegado a la conclusión de la necesidad de tener estas personas un referente familiar. Se pretenden crear lazos afectivos duraderos, por lo que, según recalcaba la concejal de Familia y Bienestar Social, Beatriz Pérez, “no debe ser una decisión creada por el simple hecho de matar el tiempo o realizada sin asumir la responsabilidad que supone”.

Hay más barreras que las meramente arquitectónicas
Por su parte el concejal de Participación Ciudadana, Félix Alba, ha informado de la labor fundamental que llevan a cabo las asociaciones de voluntariado y los mismos voluntarios en la sociedad: “hay más barreras que las meramente arquitectónicas y urbanísticas”, comentó. “Los prejuicios y la falta de comunicación impiden la integración de las personas con discapacidad, tarea que, indudablemente, empieza por ellas mismas en su querer integrarse y luego a la sociedad que le permita llevarlo a cabo”. “Por ello –continuó el edil– , los Servicios Sociales y los de voluntariado se necesitan mutuamente. Hace falta colaboración y el contacto humano para suprimir las carencias que la leyes nunca podrán satisfacer”.

En Madrid, según señaló Alba Núñez, hay 140.000 voluntarios, cuyo perfil es el de una mujer de 26 a 40 años, ocupada y universitaria. “La acción del voluntario está dejando”, dijo, “de ser paternalista para ser generadora de iniciativas para resolver problemas asumiendo un papel más activo”. Las acciones del voluntariado son, para el concejal, actividades voluntarias, solidarias, que requieren acciones y una organización, altruistas y que plantean soluciones a problemas sociales.

Por otro lado el Ayuntamiento ha puesto en marcha un punto de atención para el voluntariado en donde informan, asesoran, forman voluntarios y promueven actuaciones para aquellas personas interesadas en ayudar a los demás.