La ópera de Mozart encandila al patio de butacas del MIRA Teatro
Este fin de semana, el MIRA Teatro acogió la representación llevada a cabo por la Compañía Ópera Popular de la obra de W.A. Mozart , 'Cosí fan Tutte'. Ambas representaciones consiguieron un lleno absoluto e hicieron vibrar durante casi tres horas al patio de butacas, quienes colmaron de aplausos a los cantantes durante varios minutos tras la finalización de las mismas, e incluso alguno eventual durante la obra y los descansos.
Esta ópera de dos actos, perteneciente al estilo bufo italiano y sin necesidad de tantos recursos como en otras operas del compositor austriaco, es una comedia romántica de temática sencilla y tono juguetón con ciertos toques de picardía, combinación que encandila al publico y consigue arrancarle alguna risotada espontánea.
De entre las representaciones de este fin de semana cabe destacar el gran carisma de los protagonistas, que combinado con sus bellas voces y el sugerente acompañamiento del coro y la orquesta dirigida por el director Pascual Osa, sumergen al espectador en una delicattese sonora y visual.
Del cuadro original del elenco de artistas, el barítono E. Muñoz sustituyó a Antonio Torres en el papel de Guglielmo.
Intérpretes
Fiordiligi (Soprano, Amanda Serna)
Dorabella (Mezzosoprano, Svetlana Bassova)
Ferrando (Tenor, Enrique Ferrer)
Guglielmo (Barítono, Eriel Muñoz)
Don Alfonso (Bajo, Alfonso Echevarria)
Despina (Soprano, Sonia de Munk)
Cosí fan tutte
Se trata de la tercera colaboración entre Mozart y Lorenzo da Ponte, y tal vez es la más incomprendida de sus creaciones.
El argumento superficial de esta obra versa en el intercambio de parejas y la volubilidad del amor femenino, de ahí el titulo de la obra: 'Cosí fan tutte' (así hacen todas). Concluyendo con un final 'moral' acorde a la época, que aún siendo un final feliz, también los es melancólico. Si urdimos más en la historia podremos destacar elementos como una critica a iluminismo, corriente de pensamiento fundamental de la época, un arremetimiento contra la aristocracia y la necesidad de ideales como la palabra, el amor y la fidelidad, a pesar de la duda que queda de estos dos últimos tras la obra, ¿no hubiese sido mejor que no se restablecieran las parejas originales?
Musicalmente, esta ópera mezcla el sinfonismo con la estética de la música de cámara, reduciendo la orquesta a lo mínimo necesario. No hay que olvidarse del trabajo de las voces, tanto en las arias como en las escenas de conjunto.
Hay que destacar de esta obra su simetría: dos actos, tres hombres y tres mujeres, dos parejas, dos personajes al extremo –Don Alfonso y Despina–, prácticamente el mismo número de arias para todos los solitas y la disposición de las mismas, entre otras.
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