La fusión de Lagarto Amarillo entusiasma al público

El concierto se celebró con motivo de la nueva propuesta cultural 'Nuevas miradas', una opción dirigida a los jóvenes del municipio. Tras el concierto de KiKo Veneno, éste es el segundo espectáculo celebrado en el marco de este espacio.

Aunque el MIRA Teatro no se llenó, casi un tercio de las butacas se encontraban libres, la ausencia no se notó por la gran acogida de los presentes. La mayor parte del  público destacaba por su juventud. A ellos se unió gente de todas las edades. Niños y mayores bailaron y disfrutaron de la música del grupo madrileño.

La banda se encuentra formada por siete músicos entre guitarristas, bajo, batería, cantante y percusión, destacando entre todos ellos una única mujer al frente del órgano y haciendo los coros. Todos ellos derrocharon energía y vitalidad desde que aparecieron sobre el escenario.

Difícil aguantar sentado
Nada más empezar el concierto la mitad del público se puso en pie y ocupó los laterales para animar a los músicos y bailar con sus canciones. Al final del concierto eran pocos los que habían aguantado sentados en sus butacas.

El motivo de no aguantar sentado fue la música pop-rock de ritmo ágil y  animado. Una a una cada canción del repertorio sorprendía por la alternancia de ritmos y melodías. La banda lograba unos sonidos únicos como resultado de la fusión de ska, ritmos cubanos, reagee, country...etc.  

Los numerosos fans entusiasmados acompañaban a los músicos a coro en las canciones del último disco de Lagarto Amarillo ‘Distinto’. En sus letras Lagarto Amarillo siempre lanza un mensaje, desde la denuncia de la situación de los que llegan en cayucos, a cantos a la libertad, a la felicidad..., siempre con un estilo muy joven y fresco.

Tras dos horas de concierto y la primera despedida de rigor, reaparecieron sobre el escenario para satisfacer a un público pletórico que les aclamaba. Así el grupo correspondió a Pozuelo con cuatro canciones más.