Victor Ullate: «La filosofía budista va mucho conmigo»
A sus 61 años Victor Ullate es uno de los bailarines, coreógrafos y directores más destacados de la danza en España. Además su larga carrera y sus experiencias a lo largo del mundo han dotado a Ullate de un carácter generoso y reflexivo que se materializa en la fundación Ballet Mestizo, gracias a la que niños y niñas de Centros de Acogida de Madrid reciben una beca para estudiar danza. El sábado 10 de mayo, en calidad de director y coreógrafo, ha estrenado su último espectáculo ‘SAMSARA’ en el Teatro Mira de Pozuelo de Alarcón. Tranquilo, rodeado de amigos y sentado en una mesita de la cafetería del teatro, Victor Ullate mostró no sólo su faceta artística sino también un lado de su persona.
Con 14 años inició su andadura profesional en el mundo de la danza de la mano de Antonio Ruiz Soler. Cuarenta y siete años después y con mucho trabajo y sacrificio es todo un icono de la danza en nuestro país y en todo el mundo, ¿cuál es la clave de su éxito?
Es difícil, para mi, hablar de uno mismo, pero creo que la clave está en que he trabajado muchísimo y he luchado muchísimo por conseguir algo. Nadie me ha regalado nada y pienso que con tesón, con perseverancia, con voluntad, con toda una serie de factores uno puede conseguir lo que busca. Además yo tengo una vocación porque esta profesión es vocacional, así que como me gustaba era una entrega total. Sin embargo, a veces me pregunto, ¿me ha compensado?. Pues si, me ha compensado pero también es cierto que a lo largo de mi vida he dejado de hacer muchas cosas, por ese motivo, no tardando mucho, quiero dedicarme más a mi persona y a mi entorno.
Entonces, ¿piensa en la jubilación?
Si, si, claro que si. Hombre, siempre daré alguna clase, siempre, porque me gusta la enseñanza pero llegará el momento en el que diga basta ya. A partir de ahí me dedicaré más tiempo a mí mismo y a hacer otras cosas que también me gustan y apasionen.
¿Qué otras pequeñas pasiones tiene?
Tengo muchas pasiones: leer, escuchar música, viajar, pero sin duda lo que más me gusta es pintar. Me encanta la pintura.
¿Ha hecho alguna exposición?
Todavía no, pero con el tiempo lo haré. De momento estoy empezando y aunque todavía no es seguro, quién sabe.
Hoy estrena ‘SAMSARA’ en nuestro municipio, una obra que según usted refleja lo que ha sentido en los momentos más delicados de su vida, ¿es esta su obra más personal?
Todas mis obras tienen algo personal porque las hace uno en un momento de su vida en el que tiene unas sensaciones. Pero a ‘SAMSARA’ le tengo un cariño especial. Digamos que estaba en un momento muy duro de mi vida, había salido o estaba saliendo de una etapa muy difícil psicológicamente. He estado prácticamente hasta el año pasado con problemas de corazón. ‘SAMSARA’ es una reflexión para todos.
¿Qué nos ha querido transmitir con este espectáculo de danza?
He querido decir muchas cosas, hago alusión a la dictadura en Irán, a la marginación, al poco amor…sin criticar, porque no quiero criticar a nadie pero sí haciendo alusión que es diferente.
Esta es una obra que mezcla las culturas que usted ha podido conocer a lo largo de su vida, ¿qué cultura le ha marcado realmente como persona y como profesional?
Me marcó mucho cuando estuve en Nepal e India. La filosofía budista va mucho conmigo. No me considero budista, porque para ser budista, hacen falta muchas cosas. ¡Ojala!. Espero que algún día pueda practicar y estar más metido dentro del budismo, es una de las razones por las que también quiero tener tiempo.
Su carrera ha sido premiada en numerosas ocasiones. Por ejemplo, en 1996 le otorgaron el Premio Nacional de Danza o
He tenido muchos más que me han hecho muy feliz, como por ejemplo el premio Fundación Autor o el premio de las Cuevas del Vino. Los premios sirven para estimular a la persona, es un reconocimiento a tu trabajo, es una forma de valorar lo que haces. Pero con los premios no comes, no obtienes todo lo que quieres. Ojalá con estos premios pudiese decir: necesito dinero para mis niños de la fundación o necesito un edificio para la fundación y para dar clase a estos chavales. Ojalá estos premios me sirvieran para eso.
En España todavía no se entiende muy bien la danza, la gente no suele ver este tipo de espectáculos con tanta frecuencia como el cine o el teatro. Usted que es un profesional de este mundo, defínanos que hace tan especial a esta disciplina artística que es la danza.
La danza es movimiento, es sentimiento y color, es música, es poesía, es luz, todo esto es muy necesario para el ser humano porque el ser humano los necesita para ser mejor. Solamente hay que ver el programa FAMA, esos chavales que quieren bailar y que dan todo por el baile, dan su vida, es maravilloso. Da lo mismo que sea en funky, en el hip hop, en la danza contemporánea, española, indú o en cualquier tipo de danza, el caso es bailar, porque el baile como terapia es fantástico. Si la gente bailase no necesitaría tanto psicólogo.
El programa FAMA, del que su hijo ha sido director de la academia, ¿ha ayudado a mejorar o transformar la concepción de la danza en nuestro país?
Desde luego este tipo de iniciativa sirve para que la gente no tenga esos miedos y esos prejuicios hacia la danza. La danza no hace monstruos, ni mucho menos, la danza es maravillosa. Lo que no entiendo es cómo en otras profesiones y en otros deportes no hay esos prejuicios y sin embargo en la danza sí. Es una cuestión de falta de principios, falta de educación, falta de formación…si la gente tuviese más cultura y fuesen educados de una manera distinta no tendrían esa concepción. Miremos por ejemplo en los países del este como Rusia o Cuba, que aman la danza y gracias a ello no hay esos prejuicios.
Después de realizar un pequeño repaso por su vida profesional y también por algunos aspectos personales, sólo me queda preguntarle por el futuro, por sus ilusiones y proyectos mirando hacia delante. ¿Qué le queda por hacer?
No sé, no me planteo que me queda o no me queda por hacer. Sobre todo terminar la formación de estos niños de
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