Antoine es propietario de una agencia de marketing que funciona a las mil maravillas. Su vida es feliz y acomodada. Pero sin razón aparente, un día se le cruzan los cables y ridiculiza a un cliente, abandona la agencia y vende su parte a otro socio. Para colmo, llega a su casa el día de su 42 cumpleaños y su mujer le acusa de infidelidad, él lo niega pero el clima se tensa y acaba arremetiendo contra los dibujos que sus hijos le regalan. Por si esto no bastara, durante la cena de cumpleaños, reprende con crueldad los defectos de sus amigos y acaba a puñetazos con uno de ellos. ¿Qué le ocurre a Antoine? ¿Es la crisis de los cuarenta? ¿O hay algo más?
Jean Becker es un director francés que nos ha regalado películas tan entrañables como La fortuna de vivir o Conversaciones con mi jardinero, en las que nos muestra unos personajes muy humanos que se debaten buscando un sentido a su vida.Lo mismo hace, aunque con un resultado menos notable, en Dejad de quererme. Un filme que arremete con sinceridad sobre la sociedad hedonista y consumista de nuestro tiempo que piensa que en el dinero y el bienestar estriba la felicidad. Una crítica certera, al que tal vez le falte algo de trascendencia, pero que en cualquier caso resulta interesante y hace reflexionar al espectador. País: Francia. Dirección: Jean Becker. Intérpretes: Albert Dupontel, Marie-Josée Croze. Guión: Eric Assous, Jérôme Beaujour, Jean Becker, François d'Épenoux. Fotografía: Arthur Cloquet. Distribuye en cine: Golem. Duración: 85 min. Público apropiado: Jóvenes-adultos. Género: Drama. Estreno: 1-08-2008.
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