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Indignada de acampada

Indignada de acampada

La acampada de sol me ha impedido escribir hasta ahora, pero he resistido hasta el final y quiero hacer un resumen. Las muchas becarias del grupo de empresas en que trabajo nos hemos ido turnando en la Puerta del Sol, con consentimiento de la empresa y sin abandonar nuestras obligaciones. Nos juntamos allí con otras becarias que hacen lo mismo en otras empresas, pero no nos llevamos bien, ellas nos llamaban las paisanas (aludiendo al periódico y para asimilarnos, junto a nuestros lectores, a simples catetos) y nosotras las llamamos a ellas sectarias rourianas (con lo que insinuamos no sólo su sumisión al amo de la empresa sino su sectarismo idolátrico); hemos llegado a las manos en algunos casos, incluso uno le mordió en una oreja a otro pero no lo hemos dado mucha difusión porque somos pacifistas.


En estos días de lucha hemos intentado imponer una democracia real que fue rechazada masivamente por la derechona en las últimas elecciones municipales furtivas, ganadas aprovechando que nuestras bases estaban ocupadas en hacer propuestas democráticas y asamblearias. Para ello hemos hecho proposiciones en la línea democrática más radical. Nadie se dio cuenta de que somos comunistas porque, aunque pasamos ampliamente de la Junta electoral, quedamos como pacifistas y porque nuestros respectivos empresarios son grandes capitalistas. Pero que quede constancia, no protesto contra ellos ni contra su amigo el socialista Strauss Kahn, sólo contra los especuladores; el Banco Mundial no tiene nada que ver con la especulación.

Poco importa ya que tengamos que retirarnos sin proclamar la república democrática que queremos; la democracia habrá salido fortalecida con nuestros debates y asambleas abiertas a las que no hemos dejado entrar a conspiradores ni informadores al servicio del capitalismo. Hemos conseguido frenar a la banca capitalista mundial y a sus gobiernos títeres, que no la hacen frente con la audacia de Zapatero aunque quizá, por eso, dejen caer a ZP del gobierno retirándole el crédito para especular con sus políticas sociales. Hemos conseguido que los comerciantes de la zona hayan dejado de robar por unos meses para evitar que gobiernen los mercados sin democracia, hemos tratado de hundir las tiendas de los alrededores que sólo son pequeños mercados o supermercados e, incluso, hemos plantado un huerto para afrontar la producción de transgénicos.

Aunque algunos viandantes han dicho que no valemos ni para público de Tele5, lo cierto es que muchos camaradas hemos salido en las televisiones de todo el mundo en masa, como luchadores por la democracia, y hemos llamado la atención igual que la primavera árabe, por eso nos consideran de Al Andalus, algo que no nos importa porque detestamos a España.

No hemos protestado contra empresas capitalistas como la mía, ni otras similares, porque nos apoyan moralmente. Tampoco hemos cuestionado los beneficios de los gais de las televisiones oficiales porque no vamos a perjudicar todo lo que han hecho por la democracia oficial; de hecho yo he escrito crónicas que luego han sido revisadas por los redactores de más rango del grupo en el que soy becaria. Nos han considerado serviles porque no protestamos contra los capitalistas que nos emplean, como si pudiéramos prescindir de lo que nos pagan. Dicen que es una paradoja que no percibimos porque nos han engañado con los títulos universitarios que nos regalan más que con las hipotecas y, por la propia miseria de la ignorancia, protestamos contra los bancos pero no contra el sistema educación socialista radical que nos adocena y nos permite querer dirigir la economía mundial sin ser capaces de poner un puesto de pipas entre todos. Se creen que para impulsar la democracia hay que poner puestos de pipas.

Un tipo sonriente dijo que no le representamos, que no nos hemos presentado a las elecciones, como si para representar hubiera falta elecciones o poderes o mandatos. Nos ha insultado de muchas maneras. Nos han llamado los soleados, porque nos hemos puesto morenos al sol aunque por dentro estamos negros, quemados, y eso ya no es del sol. Atribuyen la negrura a las condiciones del trabajo becario (en vez de proletario), incluso han inventado el término “becariado”, sustitutivo del proletariado, para referirse a nuestro empleo en empresas capitalistas típicas de un país socialista. Han dicho que hemos dejado toda la plaza hecha un basurero. Ciertamente no nos hemos podido duchar en esos meses de lucha. ratas, chinches, liendres, piojos, pulgas y otros parásitos han convivido con nosotros. Nos han acusado de que sólo producimos estos parásitos y queremos un intercambio asimétrico con las casas, la comida, vestidos, medicamentos, coches, etc. que producen las empresas capitalistas del mercado, pero ¿por qué tiene que haber mercado? Y además, Marx decía que cada uno debe producir según sus fuerzas.

Pero he acabado cansada de tanto debate y como se puede traducir en perjudicar las condiciones de trabajo de le obreros industriales con el programa oculto del PP, he vuelto a mi puesto de becaria; en la empresa me lo han agradecido. Pero la lucha continúa. La próxima vez que haya elecciones y nos sugieran manifestarnos, igual que el 13-M, si conseguimos cambiar el resultado electoral lo mismo me suben la retribución.


Jennifer García

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