La Oposición acude a la procesión de la Virgen
Como lo oyen. Esto debería de ser lo normal, pero no lo ha sido en Pozuelo casi desde que tengo uso de razón. Año tras año los pozueleros hemos echado en falta la asistencia de los representantes de los partidos de la oposición a la procesión de la Virgen.
Casualmente, este año la procesión ha contado con más asistentes que nunca. Y entre ellos, los representantes del municipio. ¿Todos? Casi, salvo excepción aislada. Pero lo que más me ha sorprendido es ver, en el grupo de cargos oficiales que acompañaban a la Virgen encabezados por la alcaldesa, al portavoz de Ciudadanos, Miguel Ángel Berzal, al del PSOE, Ángel González Bascuñana y, asómbrense, al mismísimo Pablo Gómez Perpinyà, líder de Podemos (Somos Pozuelo) en el municipio.
Me gusta. Me gusta mucho. Seguro que entre los asistentes a la procesión había votantes de todos los partidos. Pero que todos los portavoces de los grumos municipales asistieran respetuosamente a este acto religioso no era costumbre en Pozuelo. Si representabas a la oposición no debías ir a la procesión, porque los de izquierdas -pensaban algunos- no son católicos.
Desconozco si Bascuñana, Berzal o Perpinyà lo son. Pérez Quislant me consta que sí. No había más que ver la cara de emoción que tenía acompañando a la Virgen. Al margen de todo, sean católicos o no, representaban a miles de votantes orgullosos de tener por patrona y alcaldesa de Pozuelo a la Virgen de la Consolación.
Bienvenidos todos a la normalidad institucional. Esperemos que este gesto marque un antes y un después.
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