Emotivo funeral por el ex alcalde José Martín Crespo en Caná

Este viernes se ha celebrado en la parroquia de Santa María de Caná el funeral por el eterno descanso del que fuera alcalde de Pozuelo de Alarcón de 1983 a 2003, José Martín Crespo.

Al acto han asistido numerosos amigos y vecinos de Pozuelo, especialmente del Barrio de la Estación, y una nutrida representación de autoridades políticas. Entre ellas se podía ver a Susana Pérez Quislant, alcaldesa del municipio, acompañada por los concejales del equipo de gobierno Félix Alba, Carlos Ulecia y Pablo Gil, y también por ex concejales de anteriores legislaturas. Así mismo asistieron Paloma Adrados, anterior alcaldesa y ahora presidenta de la Asamblea de Madrid, y el ex alcalde Gonzalo Aguado.

El funeral fue oficiado por el párroco de Caná, Jesús Higueras, acompañado de dos sacerdotes y el diácono y Policía Municipal de la localidad Bienvenido Nieto. Fue sencillo, como la familia había pedido, y muy emotivo.

En la homilía Higueras recordó al que fuera alcalde de Pozuelo durante 20 años, al que conocía bien desde que él llegó a esta ciudad. Destacó el cariño, respeto y admiración que le profesan sus diez hijos, por haber sido un referente para ellos. Subrayó de José Martín Crespo que hubiera puesto al servicio de los demás sus cocimientos, su amplia experiencia como arquitecto que era, logrando convertir en belleza esas intenciones, aunque eso le supusiera no haber seguido una trayectoria profesional que le hubiera reportado una mejor situación económica. Pepe, dijo, tuvo la gran capacidad de proyectar esa belleza en la ciudad que ahora es Pozuelo y en la que él aseguraba haber vivido los años más felices de su vida. No en vano, como urbanista y como alcalde, puso las bases y vio como Pozuelo paso de ser un pueblo a convertirse en la moderna ciudad que es hoy.

El párroco de Caná hizo también referencia a que Martín Crespo tuvo un hondo sentido de lo público, de servicio a los demás, lo que le llevaba a trabajar mucho y bien por Pozuelo, alabando su honradez y rectitud.

Para finalizar el funeral, una de las hijas leyó una muy bonita semblanza de su padre, en la que habló de su vertiente familiar y de su vertiente profesional, de lo gran padre que fue -junto con su madre-, y de lo gran profesional y alcalde y amigo de la gente que había sido.

La familia repartió a todos los asistentes un recordatorio del fallecimiento y funeral del ex alcalde, en el que se podía leer en el anverso, debajo de una fotografía del difunto en un momento de trabajo de hace años, la poesía "Desde la Torre" de Francisco de Quevedo:

Retirado en la paz de estos desiertos,

con pocos, pero doctos libros juntos,

vivo en conversación con los difuntos,

y escucho con mis ojos a los muertos.

Si no siempre entendidos, siempre abiertos,

o enmiendan, o fecundan mis asuntos;

y en músicos callados contrapuntos

al sueño de la vida hablan despiertos.

Las grandes almas que la muerte ausenta,

de injurias de los años, vengadora,

libra, ¡oh gran don Joseph!, docta la imprenta.

En fuga irrevocable huye la hora;

pero aquélla el mejor cálculo cuenta,

que en la lección y estudios nos mejora.