Los vecinos de La Cabaña no quieren el S.E.R y piden soluciones a sus problemas
Los vecinos de la urbanización La Cabaña han alzado la voz para denunciar lo que han calificado de "abandono y pasividad" por parte del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón ante los muchos problemas que sufren cada día.
Diario de Pozuelo ha visitado La Cabaña y Montegancedo con un grupo de vecinos para conocer de primera mano y sobre el terreno las denuncias y demandas de una de las urbanizaciones más antiguas del municipio.
El primer punto es la zona 7 del S.E.R, que el Ayuntamiento contempla en la nueva Ordenanza de Movilidad y tráfico, ya la que la mayoría de los vecinos de la zona, más de 1.000, se han opuesto con rotundidad. Los vecinos explican que no es la solución, y piden al Ayuntamiento que escuche sus propuestas y dejen de darles la espalda.
Los vecinos se han movilizado tras muchos años, ya que se sienten "olvidados e ignorados por el Ayuntamiento", y denuncian la diferencia de trato que reciben respecto a otras urbanizaciones del municipio. "Solamente hay que ver la diferencia entre La Finca y La Cabaña, y están a menos de 50 metros", señalaba un vecino.
Uno de los problemas que sufre la urbanización, según los vecinos, es el tráfico. En el suroeste se encuentra la Avenida Montegancedo, que se utiliza como aparcamiento masivo de un gran número de vehículos que acceden por las estrechas calles de la urbanización. La avenida delimita con Boadilla, que impide el estacionamiento en sus calles, por lo que todos los vehículos estacionan en los límites de Pozuelo, convirtiendo la zona en un aparcamiento disuasorio improvisado para cientos de automóviles.
En el noroeste de la urbanización se encuentra la carretera M-513, que en hora punta soporta una densidad de tráfico dirección a Pozuelo muy alta, por lo que muchos conductores optan por realizar un recorrido alternativo por las calles de La Cabaña, incluso muchos de ellos que van dirección Boadilla realizan un giro prohibido y entran por la calle Toledo desde la M-513.
Por el sureste se encuentra la vía de servicio de la M-40, a la que se accede desde un camino de tierra y por la que los coches pasan a gran velocidad. Los vecinos denuncian que no se han realizado las obras de una rotonda en el cruce entre La Cañada y el acceso a la urbanización La Finca, ni tampoco las del colector de aguas, que evitaría la formación de balsas de agua.
Los vecinos, además de denunciar el mal estado del asfalto en algunos puntos de la urbanización, recuerdan que las calles de la urbanización son muy estrechas, y cada día tienen que soportar más tráfico y, como consecuencia, más accidentes.
Otro problema histórico de la urbanización es La Cañada de la Carrera. Los vecinos afirman que el Ayuntamiento presentó a Vías Pecuarias un estudio de mejora que fue aprobado en marzo de 2015, pero nunca se llegó a ejecutar el proyecto de mejora que afectaba a todo el lateral de la urbanización desde la entrada por la M-513 hasta la salida a la vía de servicio de la M-40 y que incluía un circuito bio-saludable.
Los vecinos piden con urgencia una solución para La Cañada de la Carrera, ya que sus límites se han convertido en un lugar de vertido de escombros y basura muy frecuentado. También porque pondría punto y final a enorme cantidad que polvo que sufren en sus viviendas.
Por otro lado, los vecinos cuentan que recibieron la promesa de la alcaldesa de Pozuelo, Susana Pérez Quislant, de que los cables de telefonía serían soterrados antes de finalizar 2016. La promesa no se ha cumplido, y los vecinos no saben cuando se llevará a cabo ya que no han recibido noticias y no hay señales de que las obras vayan a iniciarse.
Otra demanda es la de soterrar los cables de alta tensión, que pasan a escasos metros de las viviendas de la urbanización y que tiene muy preocupados a los vecinos de la zona.
Y por último el transporte, una demanda histórica de todos los vecinos de una urbanización muy incomunicada. Denuncian que la situación va a peor, ya que el autobús que tenían directo para ir a Moncloa se suprimió hace cinco años y se ven en la necesidad de utilizar el transporte privado por la escasa oferta de transporte público.
Los vecinos piden soluciones urgentes y dicen que el tiempo de las promesas ya ha pasado. "Todos estos problemas fueron expuestos en la legislatura anterior y al inicio de esta, y la respuesta fue que los estudiarían para darles una solución", aseveran.
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