Comienzan las fiestas de la Estación 2017: ¿por qué no vuelven las casetas de los políticos?

Hoy, miércoles, comienzan las fiestas de la Virgen del Carmen, en Pozuelo Estación, que finalizarán el domingo. Celebraciones esperadas por un gran número de vecinos de este barrio de Pozuelo, que rebosa vitalidad.

Juegos infantiles, actuaciones familiares, comidas populares, fuegos artificiales, actos religiosos, en los que todos los años se concentran cientos de personas, para finalizar el domingo -día del Carmen- con la tradicional misa solemne y procesión con la Virgen que da nombre a la parroquia de la Estación.

Los platos fuertes, como siempre, suelen ser los conciertos. Este año, contaremos con la presencia de Un pingüino en mi ascensor, el viernes, y de Sidonie, el sábado.

La programación, discreta, pero suficiente.

Hace unos pocos años, Paloma Adrados decidió quitar del recinto ferial las casetas-bares de todos los partidos políticos. La excusa entraba con calzador: se pretendía favorecer la restauración local, por lo que -decía el Grupo Popular en aquel momento- querían evitar que los partidos políticos dañaran el negocio a los que viven de ello.

Pero lo cierto es que en la actualidad los chiringuitos ya no son de Pozuelo y que el motivo es peregrino. Por el contrario, recuerdo que era muy de agradecer poder compartir diversión de manera desenfadada con los concejales y representantes de todos los partidos políticos. Al fin y al cabo, no hay ocasiones de que nuestros políticos confraternicen entre ellos ni con sus votantes. Era ese un buen motivo, una buena excusa para que los representantes vecinales estuvieran cercanos, desenfadados, desenvarados.

Algunos mal pensados me dicen que esa decisión fue tomada por la astuta Adrados para evitar que la oposición tuviera contacto con los votantes. Que al PP de Pozuelo le favorece que los vecinos no hablen con los concejales de otros partidos, del mismo modo que le favorece que no asistan a los plenos, y por eso no cambian el horario. Pero yo no sé si creérmelo.

Susana Pérez Quislant, nuestra alcaldesa, debería replanteárselo. A mí me gustan las casetas de los partidos políticos en las fiestas. De todos.

Y felices fiestas.

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