Y Carmen se constipó: mira que se lo dije

Mira que te lo dije, Carmen. Que te estabas exponiendo mucho, que no te tapabas. Y los peores resfriados vienen cercana ya la primavera, cuando una se confía y piensa que está resguardada.

Y ahora te ves en la fría calle. Volverás a tu Pozuelo Inn, como vuelven las golondrinas en su balcón los nidos a colgar. Además, te habías dejado algunos huevos en el nido por si acaso.

El viernes a mediodía no estabas con la alcaldesa en el acto de inauguración de la rotonda dedicada a Manuel Martín Ferrand. Y el lunes, a primera hora de la mañana, acudías a tu ex despacho municipal a recoger tus enseres. ¿Qué pasó el fin de semana?

¿Qué pasó el propio viernes por la tarde? Es fácil adivinar el momento de la fatídica llamada. Seguro, seguro, que coincide con la fecha en que tu revista Pozuelo Inn ha dejado de publicar las notas de prensa que envía el Ayuntamiento de Pozuelo: las 13:45 del pasado viernes. Profesionalidad lo llaman.

Esta es la crónica de un despido anunciado, aunque tu versión oficial es que te has ido porque ya no podías más, que no aguantabas un solo minuto más a la alcaldesa. En esta ocasión el motivo ha sido otro, y de sentido común. Tú tenías 47.000 razones anuales para quedarte.

Te lo dije Carmen, y no quisiste taparte.