Los tipos de plásticos

Los plásticos son sustancias, orgánicas o sintéticas, que tienen como principal propiedad la flexibilidad y elasticidad durante y/o después de su elaboración.

De ahí, proviene su nombre y gran parte de su éxito. Se obtienen mediante la síntesis de largas cadenas de átomos de carbono y, mayormente, son derivados del petróleo.

Aunque no todos, muchos de los plásticos son reciclables y muchos más reutilizables, algo que las autoridades y la sociedad demandan cada vez más para cuidar al medio ambiente. En este sentido, al sector empresarial no le queda sino adaptarse. Afortunadamente, en muchos casos es posible combinar acciones de protección medioambiental con la viabilidad o sostenibilidad económica. Por ejemplo, clasificar y embalar el material en una prensa de plástico puede reducir los costes de gestión de este residuo en hasta un 80%.

Pero, ¿qué tipos de plástico existen?

En realidad, hay muchísimos tipos, pero aquí vamos a nombrar los más utilizados:

Tereftalato de polietileno

También conocido como PET, es usado sobre todo en envases de bebidas y en textiles. Tiene como principal característica su fácil reciclabilidad. Cuenta con aprobación para estar en contacto prolongado con alimentos y con el cuerpo humano.

Fue desarrollado por científicos británicos en el año 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, para sustituir al algodón en la fabricación de textiles.

Se identifica con el número 1 en el triángulo de flechas de reciclaje.

Polietileno de alta densidad

Este es el conocido como HDPE. Es incoloro, sólido y translúcido. También está aprobado para estar en contacto con alimentos y se suele usar en la fabricación de envases y en las tuberías de agua potable.

Con este plástico se fabrican los conocidos cartones de leche y/o jugos. Es muy práctico para el reciclaje mecánico y térmico.

En el triángulo de flechas del reciclaje, se le puede identificar por el número 2.

Policloruro de vinilo

El PVC es el plástico más versátil, pero también se considera un riesgo para la salud y para el medio ambiente. Es un material de color blanco, que soporta hasta 80º centígrados antes de llegar a reblandecerse. Se ha utilizado sobre todo en la fabricación de tuberías, aunque también para cables, juguetes, calzado, techos, envases y ventanas.

Está marcado con el número 3 en el centro de las flechas de reciclaje.

Polietileno de baja densidad

Conocido también como LDPE. En la imagen de reciclaje, le corresponde el número 4. Es una sustancia de color lechoso, fácil de procesar y más flexible que el PET. Al igual que todos los termoplásticos, es reciclable.

Sus aplicaciones van desde las bolsas plásticas, pasando por vasos y cubiertos desechables, hasta cintas de film.

Polipropileno

El PP es un polímero parcialmente cristalino, muy utilizado en la industria. Se podría decir que es el plástico con mayor crecimiento en la actualidad. Se marca con el número 5 dentro del símbolo de reciclaje.

Se utiliza en la fabricación de parachoques, de juguetes, de contenedores de alimentos para microondas, de tubos y láminas para construcción y en las impresoras 3D.

Poliestireno

El PS se empezó a fabricar en Alemania en el año 1930 y es, a día de hoy, el cuarto plástico más consumido. Presenta la conductividad térmica más baja de todos los termoplásticos, por lo que se suele usar como aislante térmico. Se utiliza también en la fabricación de carcasas de televisores, impresoras y puertas; pero también en perchas y en cajas de CD’s.

A partir del poliestireno se desarrollan espumas rígidas, con las que se fabrican, por ejemplo, las bandejas para carne en los supermercados.

Dentro del triángulo con flechas del símbolo de reciclaje, se identifica con el número 6.

No reciclables

Son el conjunto de plásticos que, por motivos técnicos, no pueden ser reciclados. Aun así, pueden ser reutilizados. Entre estos se encuentran el policarbonato y el Acrilonitrilo Buradieno Estireno.

Por su parte, reconocer los tipos de plásticos existentes nos permite tener un mayor control de las actividades cotidianas; así como lograr un mejor aprovechamiento de los recursos y desechos en el ámbito corporativo, de cara a los nuevos retos medioambientales que nos invitan a adoptar medidas cada vez más eco-amigables.