La VIII edición de Animadrid supera los 15.000 asistentes
La animación es solamente dibujos animados para niños. La ruptura de este tópico, ampliamente extendido en la sociedad actual, aparecía como una de las prioridades de la VIII edición de Animadrid, según reconoció su director, Pedro Medina, durante la entrevista concedida al programa Pozuelo Se Mueve de Cauro FM. Además, este año se han alcanzado los 15.000 asistentes, según las estimaciones de la organización, una cifra que les permite superar las visitas de la anterior edición, que se fijó en los 12.000 espectadores.
Pedro Medina destacó el elevado número de trabajos recibidos para las secciones a concurso, que alcanzaron los 500 trabajos, de los que se escogieron 146 para su posterior exhibición a lo largo de los siete días de duración del festival. Esta cifra se eleva hasta las 600 cintas, si a la sección competitiva se le suman los trabajos destinados al apartado informativo. Por ello, Medina aseguró que «ha sido uno de los años en los que más trabajos hemos podido exhibir».
Inmediatamente resaltó el enorme peso que han tenido las producciones nacionales dentro de esta octava edición. «La verdad es que ha sido una grata sorpresa encontrarnos con tantos trabajos de animación españoles» reconoció. Esta relevancia comenzó en la propia inauguración, en la que el largometraje de Adrián García y Víctor Maldonado, ‘Nocturna’, sirvió como pistoletazo de salida y como una demostración de la buena salud de la que goza la animación española. Pedro Medina pronosticó que este trabajo se convertirá en «una de las grandes películas de animación del año».
#000080;">Recuperación de trabajos
A colación de la continua pugna que mantienen año tras año la sección competitiva con las sesiones informativas, Medina subrayó la buena acogida que han tenido en esta octava edición las secciones especiales. En ellas, los asistentes disfrutaron de los cortometrajes de Tim Burton, David Lynch o Sylvia Kristel, entre otros. Esta reacción demuestra que «la gente no sólo quiere ver el cine que se hace hoy en día en el mundo, sino que también le apetece recuperar trabajos que pertenecen a la historia reciente o más atrás en el pasado de la animación», reflexionó el director del festival.
La segunda edición de la sección ‘Una ventana al desarrollo’, por su parte, sirvió para dar a conocer el cine de animación de África del Norte, con lo que se terminó el ciclo dedicado a África. En las futuras ediciones del festival «esperamos completar esta sección con otras zonas geográficas», reconoció Medina, aunque no adelantó cuál será el continente escogido.
Su satisfacción por la acogida de la octava edición de Animadrid se refleja en que «hemos conseguido que las salas estén razonablemente llenas, hemos atraído la curiosidad de la gente, tanto del espectador que de alguna manera sí conoce lo que es la animación, pero también hemos despertado la curiosidad de gente que no tiene muy claro todavía lo que es la animación», concluyó.
#000080;">El descubrimiento de la animación
Entre este sector de la sociedad que entra en contacto con el mundo de la animación se encuentran los más pequeños. Para ellos, Animadrid organizó una serie de talleres, entre los que aparecían uno de platilina, otro de animación con marionetas o con recortables, entre otros. «En el momento que un niño descubre cómo se hace la animación, le has ganado como espectador y quién sabe si en un futuro no muy lejano también como creador de animación», auguró.
Quién sabe si dentro de unos años, Peter Lord, uno de los directores homenajeados en la presente edición de Animadrid, cederá el testigo como creador a uno de los jóvenes que este año hacían sus primeras incursiones en el mundo de la animación por plastilina.
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