Toda la información sobre la imputación y dimisión de Sepúlveda

Jesús Sepúlveda Recio ha dejado de ser alcalde de Pozuelo de Alarcón. Su lugar lo ha ocupado Gonzalo Aguado, el hasta entonces concejal de Urbanismo. El ya ex alcalde del municipio ha manifestado reiteradamente su inocencia y ha dejado claro que tomó la decisión de dimitir por el bien de los vecinos y del partido.

El auto del juez Garzón que recoge la imputación a Jesús Sepúlveda, resumido, dice lo siguiente:

«De   lo   actuado,   se   desprende   hasta   el   momento   que,   Jesús SEPÚLVEDA,  aparece en  la contabilidad B del  grupo empresarial investigado que  José Luis   Izquierdo  llevaba en  la  sede de  la C/ Serrano 40 de Madrid:

a) En la "Cuenta Pagos B" aparecen dos apuntes de fechas 4/06/03 y 30/06/03 de cantidades entregas en sobre   a "JS" de 12.000 euros cada uno (24.000 euros)

(...)

b)  En  la denominada "Cuenta Seguridad",  figuran  cuatro apuntes de  fecha 29/11/04,  28/12/04,  31/01/05 y 28/02/05 por entregas de sobres JS por el mismo importe de 6.000 euros (24.000 euros).

c) En la cuenta denominada "Cuenta Caja X PC",constan 36 apuntes entre el  día 5/03/02 y el  día 28/10/04,  35 de ellos   se  refieren a entregas a JS a través de Álvaro PÉREZ.

(...)

Las siglas JS se repiten figurando en uno de los apuntes Ent Álvaro Pérez  / Jesús Sepúlveda, de lo que se puede inferir que las siglas "JS" podían corresponder a Jesús SEPÚLVEDA.

La cantidad total que resultaría a favor de Jesús Sepúlveda sería de 422.992 euros.

d)  En una Hoja de  ingresos y su distribución,  el  día 08/01/2002, figura un apunte con una cantidad de 17.500.000pesetas, procedente de Enrique CARRASCO, distribuido a diferentes personas constando en el concepto de una de ellas "sobre JS", con una cantidad de 2.000.000 de pesetas asociada a ese concepto.

(...)

En estos últimos casos la policía judicial no llega afirmar que las siglas JS correspondan a Jesús Sepúlveda, por lo que deberá continuarse la investigación.

(...)

Según declaraciones que constan en la causa, habría recibido regalos, en función de su posición de Alcalde, consistentes en un vehículo todo terreno y una pantalla de plasma.

(...)

Jesús SEPULVEDA RECIO, ha sido titular de un Contrato de alquiler a largo plazo de vehículo, en Régimen de Renting,  con número 169862, de fecha 27-04-2004, del vehículo Land Rover RANGE ROVER VOGUE 4.4 V8, de color Azul, con matrícula 9661 CNM, por un plazo de 48 meses.»

Las primeras declaraciones de Jesús Sepúlveda (06/03/09)

El ex alcalde de Pozuelo ha respondido ante las imputaciones recogidas en el auto y determinadas informaciones vertidas por medios de comunicación. Asegura que se reserva posibles acciones legales por poner entredicho el honor de su persona y por pretenderse usar la justicia con fines políticos o ambiciones personales.

Sobre el auto hecho público por Garzón, Jesús Sepúlveda Recio ha querido desmentir que no ha recibido ninguna de las cantidades mencionadas y que no ha recibido ningún tipo de regalo como automóviles o un plasma de televisión. También ha negado que el Ayuntamiento de Pozuelo haya cometido ninguna irregularidad en las adjudicaciones de ningún tipo de contrato.

Declaraciones en el Pleno Municipal (11/03/09)

«Quiero empezar esta última intervención como alcalde de Pozuelo de Alarcón expresando mi agradecimiento a los concejales que componen el equipo de gobierno, al Grupo Municipal Popular por el apoyo que me han prestado como alcalde de Pozuelo y el trabajo que han desarrollado en el ejercicio de sus responsabilidades.

(...)

Podéis estar seguros de que no hay la menos sombra de duda sobre la honradez con la que he dirigido la acción de Gobierno. Ponerla en duda es cuestionar mi dignidad y mi honor; y es también cuestionar la rectitud y profesionalidad de los funcionarios de esta Casa. No paso ni por lo uno ni por lo otro. Los vecinos de Pozuelo no deben tener ninguna duda de la gestión municipal realizada en estos seis años.

La razón por la que dejo la Alcaldía no es otra que evitar que Pozuelo de Alarcón se vea perjudicado por la existencia de un procedimiento judicial en el que me veo imputado.

Quiero dejar claro a los vecinos de Pozuelo que los hechos que se me imputan nada tienen que ver con este Ayuntamiento. La gestión ha sido limpia y transparente. Me voy por las imputaciones falsas que se refieren a mi anterior etapa política, en absoluto vinculada a Pozuelo ni a su Ayuntamiento.

Los hechos por los que se me llama a declarar son radicalmente falsos, y tengo la más absoluta tranquilidad porque estoy en condiciones de demostrar su falsedad. Quiero que todos, vecinos, funcionarios, concejales, estéis absolutamente tranquilos, porque yo lo estoy.

Estoy también indignado, porque es una barbaridad que se acuerde una imputación por un órgano judicial en base a los mismos indicios, falsos, que la propia Fiscalía Anticorrupción rechaza para imputar a otros.

En lo que a mi respecta, soy víctima de un procedimiento político, que necesariamente debe arrastrar a personas a su paso para surtir los efectos que pretenden quienes lo instigan. Denuncio esta forma de hacer política, nunca la he compartido y tampoco, a pesar del daño que me está haciendo, cambiaré ahora mis principios.»

La acusación del Jaguar y la respuesta de Sepúlveda (12/03/09)

El Mundo publicó un artículo con este titular: Correa regaló a Sepúlveda un Jaguar valorado en 52.190 euros en 1999. Según este diario, «Francisco Correa, principal implicado en el 'caso Gürtel', regaló en diciembre de 1999 un Jaguar a Jesús Sepúlveda cuando éste era senador del PP por Murcia, se encontraba casado con la diputada y miembro de la Ejecutiva Nacional Ana Mato y estaba considerado como un hombre de confianza del entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, hasta el punto de que era secretario nacional del Área Electoral».

Ante estas acusaciones, Jesús Sepúlveda ha negado que fuese un regalo de Correa, y ha asegurado que lo cambió por un BMW y que él pagó la diferencia. Ha calificado tal acusación de «absolutamente incierta y falsa».

«Nadie me ha regalado ningún coche». Correa se interesó por su BMW 523 y él pretendía entregarlo como parte del precio del Jaguar. Sepúlveda ha señalado que Correa le propuso realizar aquella adquisición mediante una sociedad suya y abonando el propio Sepúlveda la diferencia entre el valor de ambos vehículos, algo que según ha asegurado, «ejecutó puntualmente».

«Es mi voluntad e interés aclarar todos aquellos extremos, previo conocimiento de los hechos objeto de aquellas acusaciones que resultan absolutamente falsas e inciertas, una vez se determine qué órgano judicial es el competente y se garantice el ejercicio del derecho de defensa».
 
Ser imputado

Ser imputado no es lo mismo que ser condenado. Estar imputado es equivalente a ser procesado, significa estar sometido a proceso, normalmente penal, por la comisión de un delito. Se habla de imputado o procesado según se haga referencia a la atribución de la autoría del delito o al hecho de estar sometido al proceso penal.

La diferencia es importante porque la imputación es el inicio de la causa mientras que la condena se produce sólo al final del proceso, en la sentencia, si, a juicio del tribunal, están acreditadas tanto la autoría como la culpabilidad en un hecho delictivo por la persona a la que se le atribuye. Por ello el proceso penal español se divide en dos fases, una es el sumario en la que un juez, instructor de la causa, investiga los hechos, y otra de juicio oral donde propiamente se juzga sobre lo investigado, por un tribunal diferente. Mientras se lleva a cabo la investigación del delito contra un presunto o supuesto autor, porque hay indicios, se habla de imputado, pero sólo si esos indicios se corresponden con pruebas se procede a la condena y se habla de condenado. Considerar condenado al simple imputado es el método rastrero que utililiza la izquierda que, a diferencia de los tribunales tradicionales, prescinde del proceso porque no les importa inquirir en la verdad (dicen que es relativa); también lo practican los medios de comunicación de la misma orientación, con una completa carencia del mínimo rigor intelectual, para provocar una condena social que prescinda de los tribunales profesionales.