¿Problema o solución al problema?

En esas épocas, como la actual, los políticos tenemos la gran responsabilidad de proporcionar respuestas a las inquietudes de los ciudadanos. Señalar una meta concreta hacia la que la sociedad debe caminar y motivarla para llegar a ella. Tenemos la gran responsabilidad de crear certidumbre. Si no lo hacemos así, se producirá la pérdida de la confianza de la sociedad en la clase política. Se llegará al alejamiento de los ciudadanos de la cosa pública. Una situación que les va a llevar a ser muy vulnerables a los cantos de sirena que, sin duda, se pueden producir.

La sociedad no puede ir por un lado y los políticos por otro. Porque nuestra obligación es, antes que nada, ofrecer soluciones. Y al hacerlo, proporcionar esperanza e ilusión a la sociedad. Descubrir aquello que los ciudadanos necesitan y no saben encontrar. Ser un revulsivo para que la sociedad se rearme moralmente, se reafirme en sus valores y se pueda enfrentar con garantía de éxito a los desafíos que la aguardan.

Si los políticos dejamos de ser quienes resolvemos los problemas, y pasamos a ser una parte del problema, en algo nos estamos equivocando. Algo estamos haciendo mal.

Comunicamos a nuestros lectores que, tanto el gobierno como la oposición municipal, han sido invitados a colaborar regularmente en esta sección.