Salmos sibilinos
El único que no quiso fue Aznar. Se fue voluntariamente tras ocho años de gobierno, como había anunciado. No había precedentes. Y hasta el momento, que se sepa, tampoco hay consecuentes. Sus enemigos no se lo perdonan. Y sus amigos, probablemente, tampoco. En Pozuelo hay quien lleva 22 años en el cargo. El concejal de Deportes, Ignacio Costa, por ejemplo. He dicho bien y han leído bien: 22 años. Que serán 24 cuando termine la actual legislatura. Es un disparate. Y según parece, quiere seguir. Será que aún no ha culminado su proyecto. Su nombre no les sonará de nada, lo mismo que sus méritos. Ahí debe de estar la clave. Si les parece que estoy censurando al concejal, se equivocan. Sólo lo parece. Hay que tener mucho talento para estar 25 años en un mismo puesto. Yo hay mañanas en que dudo si llegaré a escribir aquí 25 días.
Del nuevo alcalde Gonzalo Aguado, el presidente del PP no ha dicho nada. Todavía. Podría decirlo en cualquier momento. O no. Rajoy habla a veces en lenguaje adivinatorio. Es decir, en salmo sibilino, en sueco. En todo caso, si las cosas no se tuercen, Aguado será el candidato. Pero Pozuelo es una plaza demasiado golosa para muchos. Para los de dentro. Y para los de fuera. Es pronto. Estén atentos a la pantalla. Seguiremos informando.
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