La Rubalcaba

Andaba yo de bares por el Zoco de Somosaguas con un amigo funcionario del Ayuntamiento de Las Rozas, cuando, en uno de ellos y mientras nos tomábamos una cervecita fría, le conté que estaba escribiendo una serie de retratos a los concejales de Pozuelo y que ahora había decidido hacer el de Yolanda Estrada. Al pronunciar el nombre de la Quinta Teniente de Alcalde y Concejala de Presidencia y Concejala-Secretario de la Junta de Gobierno Local, mi amigo hizo un gesto como que se agachaba al tiempo que miraba hacia un lado y otro queriendo comprobar que nadie me había oído. Al preguntarle a qué se debía esa actitud, me dijo en voz baja: «Cuídate de ella, capitán, porque esa mujer es más mala que Diana, la de la serie V». Me hizo gracia. «¿Qué es, entonces, una lagarta?», le pregunté riendo. «Aún lagartija, pero todo se andará», me contestó. Al verle tan preocupado, le volví a preguntar «¿Y tú qué sabes? Tú eres de Las Rozas» Y mi amigo, susurrando, me dijo: «Es igual, capi, no te puedes imaginar el peligro que tiene... Es famosa en todo el noroeste».

Y aquello excitó mi curiosidad hasta límites insospechados. Mi amigo, en cambio, y sin dejar de mirar hacia los lados, se negó en redondo a seguir hablando de la taimada concejala (según él) y me empezó a contar las posibilidades que tiene Cristiano Ronaldo de vivir a Las Rozas... Y, claro, a mí no me quedó más remedio que dejarle con la cerveza y echarme a la calle a buscar información sobre tan mala mujer. Las malas mujeres son mi perdición porque, al final, terminan siendo muy buenas.

Debo reconocer que no me ha sido fácil encontrar información sobre Yolanda Estrada. Es más, en algún momento de la investigación, me sentí como un detective de película de serie B preguntando por ella por todo Pozuelo y obteniendo siempre la negativa por respuesta. ¿Miedo? ¿Desconocimiento? No lo sé. Espero que lo segundo. Aunque, a decir verdad, he de escribir aquí que, según un jubilado de RTVE amiguete, Yolandita está ya en Primero de Rubalcaba y que, al parecer, promete llegar a ser en el PP el alter ego del actual Ministro del Interior. Y debe ser cierto, porque, días después, en el propio Ayuntamiento de Pozuelo me dijeron que ya le llaman La Rubalcaba porque, en cuanto te das la vuelta, te la clava. Pero yo sigo sin creerme que pueda ser tan mala una mujer, aparentemente, tan buena.

El problema es que, cada día que pasa, me resulta más difícil mantener algo así. Y es que de tanto preguntar por ella, dejando mi correo electrónico por ese laberinto de calles que es Pozuelo y pidiendo que me escribieran si sabían algo de mi concejala favorita, me han contado de ella cosas poco edificantes.

Me han dicho, por ejemplo, que es sibilina. Que su proceder es siempre misterioso y oscuro y que, permanentemente, se mueve con la apariencia de llevar algo importante entre manos que le ha encargado alguno de los jóvenes cachorros de Génova con los que dice tener buenas relaciones. Me cuentan que en el Ayuntamiento de Pozuelo se le tiene miedo. Que tiene mucho genio. Y que es falsa como un euro de chocolate. Pero yo sigo pensando que eso no puede ser cierto. La gente es muy envidiosa...

Acepto que le guste meterse en todas las áreas del Gobierno Pozuelero, pero para algo es la Concejala de Presidencia y Concejala-Secretario de la Junta de Gobierno Local. Y eso no quiere decir que sea mala. Además, lo mismo la ha colocado don Gonzalo en ese puesto para que pueda meter la nariz en todas partes... A los alcaldes siempre les gusta tener a concejalas que le hagan la labor del Ama de Llaves de Rebeca...

En fin, que sigo sin creerme que sea tan mala. Aunque, por si acaso...¡Lagarto-lagarto!

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