La culpa del pavo

Me gusta alejarme de los caminos trillados. Adentrarme en nuevos derroteros. Y que nadie pueda decirme aquello de John Steinbeck, el de Las uvas de la ira: «De todos los animales de la creación, el hombre es el único que bebe sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que decir». Pero hoy no voy a poder hacerlo. Hay quien se empeña en llevarnos cada día a la tormenta perfecta. Y no está bien que les dejemos solos. Sobre todo por nuestro bien. Así que vuelvo a un trayecto ya recorrido. A donde lo había dejado el pasado lunes. Las desdichas nunca suelen viajar en solitario. Y en política mucho menos. Los célebres principios de Peter y Murphy nos persiguen. Y cuando ambos coinciden en un mismo asunto es preciso ponerse a buen recaudo. Cuerpo a tierra. Suele darse con demasiada frecuencia. Y fatales consecuencias.

Dice Edward Murphy que si algo puede salir mal saldrá mal. Es decir, que la tostada siempre se caerá por el lado de la mermelada. Y añade, por extensión, que toda situación desesperada es susceptible de empeorar. Laurence J. Peter, por su parte, sostiene que en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su máximo nivel de incompetencia. ¿Quieren ejemplos? Es fácil. Existen demasiados. El problema es seleccionar. Es probable que en este instante alguien se esté acordando de Ignacio Costa, el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Pozuelo. No se preocupen. Son síntomas normales. Es la asociación de ideas.

Recuerden conmigo. La semana pasada nos habíamos quedado en que si no eres jugador del Real Madrid o del Club Baloncesto Pozuelo no puedes utilizar aún las instalaciones del nuevo polideportivo del Valle de las Cañas. Dicho con suavidad, es un despropósito. Pero no el único. Como todo lo que va mal puede ir a peor, la cosa empeora, efectivamente. Ahora, se han cancelado hasta nuevo aviso los bonos para la práctica de pádel o tenis. Lo malo es siempre la explicación posterior: "La gestión de las instalaciones pasa a ser privada próximamente y hasta entonces no hay bonos". Siempre nos habían dicho que el cambio en el modelo de gestión era para ahorrar costes al ayuntamiento y mejorar el servicio a los usuarios. Pues mal empezamos. De lo primero, desconozco los números. Y de lo segundo, de momento al usuario se le está perjudicando. Paga más y no puede hacer reservas por teléfono.

Perdonen que me detenga en estas menudencias. Pero alguien tiene que hacerlo. Lo fácil hoy -y tentador- sería escribir de la estrafalaria foto de la familia Adams-Zapatero. Además, quien es incapaz de hacer bien lo menor, difícilmente hará bien lo mayor. No lo digo por mí, aunque también, sino por el concejal. Como parece que el alcalde Gonzalo Aguado no es de los que se queda con los brazos cruzados ante estos pequeños desastres, Costa tendrá que explicarse. Aunque supongo que primero reunirá a sus muchachos y buscará una cabeza a la que emplumar los desaguisados. Distinta de la suya, naturalmente. De repente me acuerdo de un chiste que hace alusión a esas personas que tienen facilidad para "errar" en la búsqueda de responsabilidades. Para entendernos, que tienen una gran habilidad para echarle el muerto a otro.

-Cariño, mañana hace un año que nos casamos. Para celebrar el día como Dios manda, he decidido matar un pavo.

-Joder, ¿y por qué no matas a tu primo que es el nos presentó? ¿Qué culpa tiene el pobre pavo?

Esto es lo que hay. Buenos días y buena semana.