Elecciones municipales y autonómicas

Estamos a menos de un mes de las próximas elecciones municipales y autonómicas se palpa la esperanza de que se produzca un vuelco electoral, de que España deje de estar lastrada por el socialismo casposo y ultra-radical que nos mete en la Guerra Civil libia y vende bombas de racimo con las que se matan civiles sin que ningún titiritero, en su alucinación, deje de considerarlo pacifista.

Las encuestas auguran un importante vuelco electoral en toda España. Ciertamente no hay que confiarse en las encuestas y, sobre todo, debemos desconfiar de la argucia de los socialistas, capaces de cualquier cosa con tal de seguir parasitariamente aferrados al poder. Parece que van a utilizar la estrategia habitual de generar tensión y agresividad en sus votantes; no les pueden ofrecer resultados de ningún tipo, sólo les queda dirigir la frustración contra el partido popular y contra cualquier forma de excelencia. Utilizarán, lo vienen haciendo habitualmente, acusaciones gravísimas y simularán sentirse ofendidos por simples suposiciones o insinuaciones. Probablemente acentuarán los estereotipos y las caricaturas, las falsedades y las acusaciones infundadas, si no ingenian algo más grave. Gastarán todas sus fuerzas en la manipulación y no les quedará ninguna para producir algo provechoso que se pueda enseñar con orgullo.

Puede ser la ocasión para un cambio social en profundidad, el giro que la sociedad española necesita para despegar, para desengancharse del socialismo y tomar una nueva orientación que no se limite a una gestión económica eficiente que, ciertamente, es necesaria, para que no acabemos en la quiebra a que nos tiene abocados y nos ha conducido el socialismo manirroto e improductivo de Zapatero. Hay posibilidades de que esto cambie y sería deseable que se modificaran los resortes del poder socialista que lastan la economía y la libertad española, de que los nuevos gobernantes potencien la genuina cultura vez de subvencionar a sectarios agentes del poder, pagados con el dinero de todos y de que nos despeguemos de esa jauría parasitaria.

Resulta relevante y satisfactorio al respecto el que Esperanza Aguirre esté tan bien situada. Sus éxitos en Sanidad, educación, transportes y otras áreas sólo son ensombrecidos por los burdos intentos de los socialistas de hacerlos polémicos para ocultar la enorme diferencia con respecto a las regiones donde ellos gobiernan ineficientemente, comprando votos improductivos. Ha resistido el aluvión de críticas despiadadas e insidiosas característico de esta izquierda corrosiva, agresiva y destructiva. Ha realizado una gestión económica eficaz en estos momentos de crisis provocada por el gobierno socialista y, sobre todo, ha defendido con valentía los intereses culturales y sociales de su sustrato electoral y de España, algo que pocos políticos hacen. Confío en que el electorado sabrá valorarlo adecuadamente de modo que su ejemplo se extienda en otras regiones de España por el bien no sólo del partido popular, sino de todos los españoles.

Juan Antonio Martínez

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