Mollie Leenhouts
El otro día fui a ver una bella exposición de Mollie Lenhouts. Me fascinó su nuevo trabajo, impregnado de un pulso ético que quizá sorprende en nuestro tiempo. Eran pequeñas piezas, que cada una contenía los secretos de la existencia humana, su fragilidad, sus dudas y el fulgor de la gran fuerza del hombre para crear mundos posibles y habitables en armonía, solidaridad, placer. Cada pieza surgía a partir de ralladores. Si, de antiguos ralladores que ella convertía en tapices del alma, del pensamiento, del sentimiento. Paisajes de la diversidad humana y de su comunión. Cada obra va acompañada de una amorosa cita que le da título. Por ejemplo "Nos dirigimos a unas tierras que no conocemos y descubrimos en nuestro corazón grandes espacios inexplorados". O: "Creo que si mirásemos siempre al cielo acabaríamos por tener alas"
Picasso, Kandinski, Einstein, Galeano, García Márquez, Rainer Maria Rilke, Flaubert, Shakespeare acompañan a la artista en su mágico y riguroso hacer. Crea pequeños tapices de colores a los que incrusta abalorios, pequeños objetos que van creando su discurso, pequeñas ventanas a la comprensión, y sobre todo a la belleza.
Mollie Leenhouts vive en Pozuelo de Alarcón desde hace años. Estudió historia del arte en la Universidad de Tulsa, Oklahoma.
He visto su exposición en el centro comercial Sexta Avenida, en el interesante proyecto que es "Internacional Recycl´Art Expo", un gran espacio lleno de obras hechas a partir de materiales condenados a la desaparición, un proyecto artístico único en la zona, que además de otras sorpresas agradables nos permitió disfrutar de la obra de la gran Almudena Mora.
* Jesús Gironés, responsable de exposiciones de El Foro de Pozuelo
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