Mapy Dh
Muchos cultos aparecen en la obra de Mapy, podríamos decir que es una obra de cultos. Con ironía, devociones e iconografías varias. Con sus altares y sus mitos. Con sus propias reglas, incluso para la baraja, los broches o las cajas para tesoros y misceláneas. Un corazón, un riñón o una calavera. También una gitana con su peineta, cuando los tatuajes se han desintegrado. Quizá es la gitana que canta en el cementerio mientras lee las manos a las sonrientes calaveritas.
La exposición se ve como se escucha una canción: a unos les gustará su melodía, otros, menos acostumbrados a tatuarse sus obsesiones, les incomodara, como la vaga sensación de antes de ir al médico. O a una cita amorosa. O cuando, melancólicos, pensamos en los amores que se han ido, en los que nunca han sido. En los que soñamos y en los ratos que nos entretuvimos haciendo y soñando otras cosas para que las dentelladas y los mordisquitos de la vida se nos hiciesen más pasajeros…
* Jesús Gironés, responsable de exposiciones de El Foro de Pozuelo
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