Te toca Tomás
La tremenda derrota sufrida por el PSOE, consecuencia directa de su mala gestión, de su mala cabeza, de la escasa capacidad intelectual y política de sus dirigentes y de tanta mentira como nos han contado para justificar lo injustificable durante los últimos cuatro años, solo tiene salida en un congreso ordinario que refunde al partido, lo devuelva a sus históricos postulados y lo recomponga ideológicamente.
Por supuesto, tiene que ser un congreso que, además, termine con toda esta generación de malos políticos nacidos a la sombra del zapaterismo y, de paso, que acabe para siempre con lo que aún queda del felipismo en el partido que, en esta campaña, ha sido la vergüenza de un socialismo que anda buscando ser menos casposo. Porque lo de Felipe González haciendo la campaña electoral a favor de Rubalcaba ha sido un error de manual. Algo digno de ser estudiado en las Facultades de Ciencias Políticas y en las Facultades de Comunicación como ejemplo de lo que no hay que hacer. Hasta que el PSOE, insisto, no acabe con todo lo que significó ese nefando personaje y todo lo que representó para España, lo tendrá crudo.
Alfredo P. Rubalcaba, que es un político oportunista, sólo oportunista y zorro pero carente de cualquier talento, la misma noche electoral ya se apresuró a pedir ese congreso para no perder comba en el partido, para agarrarse a un clavo ardiendo y para sobrevivir porque ya no sabe respirar siquiera sin vegetar de la política. En lugar de dimitir ante la debacle electoral socialista, por dignidad y bonhomía, Alfredo se arrogó unas funciones que no tiene para, aprovechándose de la desaparición cobardica de un Zapatero huido, apuntarse al bombardeo.
Por cierto, la comparecencia de ZP, el lunes, tras la Ejecutiva socialista, sólo fue la confirmación de la convocatoria del congreso del partido, pedido por Rubalcaba, para la primera semana de Febrero. De paso, el peor Presidente de la democracia nos obsequió con una nueva ración de justificaciones de la derrota más cerca de los lamentos del cornudo que de un análisis serio del fracaso. La autocrítica en Zapatero no es, precisamente, una virtud. Para él, la culpa la tiene siempre el empedrado.
En cualquier caso, el PSOE lo que primero tiene que hacer, antes del congreso, es soltar lastre. Y para ello tiene que eliminar a Rubalcaba. Directamente. De un plumazo. Por su derrota, por su trayectoria y por su falta de dignidad política. Después, debería olvidarse también de la señora Chacón. Porque como se ponga en manos de una catalanista, que ha llegado a ministra de España por obra y gracia de su marido y que acaba de hundir al PSC, irá de Guatemala a Guatepeor. Y es urgente que los socialistas encuentren un nuevo liderazgo.
El PSOE tiene buscar nuevos líderes. Gente con nuevas ideas. Llenos de entusiasmo y capacidad de reorganizar a un partido que ha quedado hecho unos zorros. Porque, tenerlos entre su militancia, los tiene.
Tiene que buscar gente nueva. Sin pasado. Sin contaminar por el felipismo ni por el zapaterismo. Limpios de polvo y paja. Pero, ¿quién? Esa es la pregunta del millón de euros. No lo sé. Hablan muy bien del alcalde de Toledo…
Me cuentan, de todas formas, que, la misma noche electoral, entró en campaña para aspirar al puesto de Secretario General del PSOE el inefable Tomás Gómez. Nuestro Tomás Gómez. El Invictus. A fin de cuentas no es ni felipista ni zapaterista. Al parecer, el hombre se siente con fuerzas y, arropado por sus palmeros (Barranco, quién te ha visto y quién te ve), está dispuesto a dar la batalla.
Y, a mí, tras la primera impresión que me dejó sin habla, me encantó la idea. Porque, como Tomás llegase a ganar la Secretaría General en el Congreso, el PP estaría 20 años en el Gobierno sin ningún problema. Eso si antes el PSOE no había desaparecido porque, en Madrid por ejemplo, UPyD ya tiene casi la mitad de votos que los socialistas. Y es que un tipo como Tomás que es capaz de decir que “Se puede dar a conocer en un mes el trabajo de tres años, lo que no se puede hacer es el trabajo de tres años en un mes” es mi hombre. Su lógica es aplastante. Y lo mismo, con ella, convence a sus correligionarios. Ya lo hizo Perogrullo en su día.
No creo que gane, pero preséntate, Tomás. Te toca. Es tu tiempo. Has dejado Parla como un solar. Me dicen que ya no funciona si ese tranvía que te inventaste a lo ruso. Pero de los rusos de la Rusia comunista. Sin dinero. Porque tú también eres de esos socialistas modernos que creen que en España todo el monte es orégano. Como los indignados.
Por favor, Tomás, intenta con todas tus fuerzas ser el líder del PSOE. Sería una bendición para esta tierra tan maltratada por tus antecesores. Darías tiempo a que se recuperase de tanto dislate.
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