Pozuelo necesita más cantera
Era normal que Diego Lozano, el primer teniente de alcalde de Pozuelo se fuese a Madrid. Se le notaba. Se le veía. A veces, daba la sensación que se sentía como aprisionado en el cargo. Como viviendo en un estrecho ascensor que se había parado a mitad del rascacielos y nadie sabía si subiría o bajaría. Ni siquiera él. Pozuelo le sentaba bien pero había algo que no le acababa de llenar... Yo lo achacaba a que Pozuelo estaba lejos, digo. Cumplidor y comprometido con su responsabilidad. Pero la cara es el espejo del alma y allá, a lo lejos del fondo de ojos, siempre se veía un cierto halo de nostalgia de su Isla de Utopía. Como Tomás Moro.
Ahora, el Presidente Ignacio González le ha llamado a su lado como Director del Gabinete del Presidente y su estrecho ascensor se ha vuelto a poner en marcha hacia arriba. Sus ruegos han sido escuchados. O, mejor, sus deseos se han cumplido. Enhorabuena.
En este momento, el problema es de Pozuelo. De Paloma Adrados. De los ciudadanos que añoraremos su buen hacer. Y, claro, tras la marcha de Diego Lozano, la pregunta que nos hacemos todos los pozueleros es ¿y ahora qué?
Yo sé que la Alcaldesa Adrados ya tiene buscada la solución como no podría ser de otra manera. Pero si le sirve de algo, yo le aconsejaría que, de no ser así, tirase de cantera. Tiene muchas ventajas. Conocen este pueblo, su problemática y sienten los colores, lo que hoy, más que nunca, es necesario.
El fútbol, que es como la vida hasta el punto de que su lenguaje se ha introducido en el quehacer diario de las personas, siempre nos enseña cosas interesantes. Y una de ellas es que, en la mayoría de los casos, es más importante promocionar jugadores de la cantera que fichar estrellas. El ejemplo lo tenemos en el Real Madrid y el Barcelona. Los dos son grandes equipos pero, cada uno juega con una filosofía de club distinta. En el Real Madrid juegan profesionales venidos de fuera y en el Barcelona juegan profesionales sacados de casa. Los primeros cumplen. Los segundos sienten. Los primeros están por razones obvias. Los segundos por razones sentimentales. Los primeros se van porque les da lo mismo jugar en un equipo que en otro. Los segundos siempre querrán jugar con el equipo de su vida.
Creo que la señora Adrados que es una política muy inteligente y con mucha experiencia entenderá sin duda mi alegoría. Me baso en hechos concretos. Dos de sus figuras (Isabel Borrego y Diego Lozano), venidas de fuera, ya no juegan en el Gobierno municipal. Sin embargo, Beatriz, Paloma, Pablo I, Pablo II, Félix, Diego II, Almudena, Carlos y Andrés son de aquí y morirían, metafóricamente hablando, por su pueblo.
¿Por quién apostará Adrados? ¿Canteranos o extranjeros? ¿Cuál será su despliegue táctico?
Pronto saldremos de dudas.
Julio Núñez
*Este diario no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores ni de las de las cartas al director.
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