¿Qué es tener sentido de Estado?
Buena pregunta la es sin duda alguna, a pesar de que la respuesta dada por quienes ensalzan saber su verdadero significado no son dignos de pedir sin dar ejemplo de cordura. Unos dirigentes políticos que mantienen las bocas cerradas y los labios sellados hasta que tengan en su poder los resultados electorales en el País Vasco y la Comunidad de Galicia –como suele ocurrir por costumbre-, para seguir haciendo cábalas con su política de "estado autoritario". Después volverán con la zapatilla para golpear de nuevo los derechos de los más débiles y desprotegidos con sus ajustes inventados "a impulsos", como solían denominar la gestión del pasado gobierno socialista; está claro que el poder, de una u otra forma, tiene algo contagioso superior a lo establecido en los programas electorales de cada partido.
El sentido de Estado que proclaman desde Moncloa no estabiliza el sistema ni lo sostiene con un número de parados que asciende ya a 17 millones de ciudadanos activos que carecen de empleo, una cifra que pronto será el doble de los pensionistas de este país con un número cercano a los 9 millones de pensiones ¿Eso es sentido de Estado Sr. Rajoy y ministros varios del Gobierno?
El sentido de Estado no espera los resultados electorales para tomar medidas que garanticen el bienestar de una sociedad maltrecha, ni trama atentar contra la Ley General de la Seguridad Social para cambiar su articulado a la conveniencia del Gobierno y de sus más colaboradores representantes del CE y del BCE, en cuanto a la revalorización de pensiones se refiere. Recortar el gasto buscando la solución idónea de no subir las pensiones equiparando dicho aumento tan sólo al IPC y no a la inflación de noviembre, tal y como rige en la citada Ley –hasta ahora claro-, conllevará una pérdida sistemática del poder adquisitivo de los pensionistas, que con el paso por las urnas sólo Dios y ellos saben los cambios que realizarán en la misma.
El sentido de Estado no es pedir ayuda al Fondo de Reserva para volver a rescatar los bancos y que esto no suponga disparar el déficit alentado por sus "socios" europeos; unos socios que empujan al Sr. Rajoy animándole a realizar nuevos ajustes y reformas, unos "socios" que oyen sus declaraciones con una sonrisa burlona diciendo: "Más recortes, pisa más fuerte sobre el cuello del ciudadano hasta exprimirle sus bolsillos y revientes sus valores".
El sentido de Estado no es dejar a la población olvidada, envejeciendo empobrecidos, sin recursos; del paro a la edad de jubilación sin prestaciones por el camino, hasta los 67 años si aguanta su esqueleto antes de que caigan los cimientos familiares por causa de la agonía –hogares destruidos por la necesidad y niños sin cultura en la miseria- del desempleo.
Tener señor@s mi@s sentido de Estado es no anteponer los deseos de Bruselas a las necesidades sociales de la ciudadanía española, revisar los pactos adquiridos y luchar por los intereses del país que juraron servir. Tener sentido de Estado es no dirigirse a los micrófonos del mundo nombrando la "mayoría silenciosa" como ejemplo de democracia plegado a su autoritaria gestión política.
El sentido de Estado es el que ampara el derecho constitucional y la democracia a la ciudadanía activa, que participa y reivindica sus derechos y los de esa "mayoría silenciosa" de forma solidaria, que no puede en ocasiones demostrar como quisiera. Así es Sr. Rajoy, Ud. está desorientado, no es consciente de la realidad ni del resultado de sus decisiones dictatoriales; sin saber que hacer para descentralizar de una vez por todas lo que quiere el CE y el BCE de lo que necesita España.
Sentido de Estado es no chupar del puro de la soberbia y el egocentrismo, rozando la vergüenza, sin apagar el fuego de la indignación, el desánimo y la desprotección de las familias. En democracia, la opinión pública no sólo se demuestra en las urnas –en la mayoría de las ocasiones engañando a los votantes-, la voluntad del pueblo no está por encima de las leyes, como la de los políticos no prevalece por encima de los ciudadanos.
Eso si es sentido de Estado, el que debe manifestar pacíficamente el pueblo en la calle, por haber sido ultrajado en las urnas.
Juan Antonio Sánchez Campos
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