Quiero conocer a Adelson
No entiendo la bronca que se ha montado con el asunto de Eurovegas. Se nos ha intentado vender la imagen de que Adelson, el multimillonario que quiere invertir un potosí en Madrid para construir un complejo de casinos, es más bien un personaje propio de una película de mafiosos, una especie de padrino. Personalmente, no tengo el gusto de conocer al señor Adelson pero me encantaría hacerlo. Un tipo que está dispuesto a gastarse una trillonada en España y más concretamente en Madrid, creo que bien merece la pena.
Y algún lector malicioso pensará al leer esto: claro, al vasquito provinciano este le gusta el juego. O es un fan empedernido de Esperanza Aguirre. Pues ni lo uno ni lo otro. Lo primero, porque mi vinculación con el seductor mundo del juego se reduce a la compra de dos décimos de la tradicional Lotería de Navidad en, para más señas, Doña Manolita. Respecto a lo segundo, el concepto de fan se lo cedo gustosamente a las quinceañeras y quinceañeros seguidores de Justin Bieber o del ídolo musical del momento. No lo olviden: soy un humilde provinciano y mis preocupaciones marchan por otras lindes. Esperanza Aguirre me queda a unos 500 kilómetros por la antigua Nacional I.
La cuestión es que tengo abierta simpatía por Sheldon Adelson. Lo reconozco. Mientras no pocas empresas deslocalizan sus factorías en España a otros países, políticos de tres al cuarto que no saben hacer la o con un canuto, responsables en gran medida de la actual situación, o ilustres prebostes del escenario y la prensa rosa critican las reformas del gobierno por "insolidarias" mientras tributan solidariamente en Estados Unidos, el magnate estadounidense tiene intención de dejarse sus buenos euros en Madrid. Y, por esta razón, ya me merece más respeto que gran parte de la horda mediática que le critica y que jamás ha movido un dedo por su supuesto país, excepto para hacerse la foto y envolverse con cualquier bandera ideológica, siempre que no sea la española, no vaya a ser que les llamen fachas.
¿Sobre si es conveniente o no modificar la ley para permitir la construcción del casino? ¿Que si es aceptable que se permita fumar en sus instalaciones? Sinceramente, no lo sé. Lo único que pienso es que, en la situación económica y laboral en que se encuentra España, si este hombre es capaz de generar empleo, dinero y tributar algo más que nuestros titiriteros artísticos y políticos, se merece mi más cordial bienvenida. El tiempo nos dirá si Adelson es o no un mafioso. Pero yo les apuesto un café a que no. Las caricaturas no suelen corresponderse con la realidad.
J. M. Aizpurua
*Este diario no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores ni de las de las cartas al director.
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