La 'movida' madrileña llega a Pozuelo con la exposición sobre Blanca Sánchez Berciano
El Espacio Cultural MIRA acogerá hasta el próximo 28 de febrero la exposición 'Blanca doble. El mundo y la colección de Blanca Sánchez Berciano'.
La muestra, inaugurada este miércoles por la concejal de Cultura, Isabel González, pretende reconstruir el mundo de Blanca Sánchez Berciano y reconocer su labor como agitadora cultural, coleccionista de arte emergente e impulsora de los cambios fundamentales en el arte español de las últimas décadas.
El comisario de la exposición, Pablo Sycet, explicó los motivos por los que merece la pena adentrarse en 'Blanca doble. El mundo y la colección de Blanca Sánchez Berciano': "Cualquiera que tenga interés por la cultura española del último siglo sabe de la presencia indudable y de la importancia de los ochenta, de los años de la movida, en todo lo que tenga que ver con artes plásticas, cine, literatura.. Blanca condensaba ese mundo en su persona por estar tan cerca de los creadores más importantes del momento. Ella era un crisol de tendencias, algo que permite a todo el que visite la exposición hacerse una idea muy afortunada de qué es lo que pasó en Madrid en la década de los ochenta.
La exposición, de entrada libre y que podrá visitarse de lunes a sábado de 11:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas, y domingos y festivos de 11:00 a 14:00 horas, también alberga objetos que poblaron algunos de los rincones de su casa madrileña.
¿Quién es Blanca Sánchez Berciano?
Nacida en octubre de 1948, Blanca Sánchez dio desde muy temprana edad muestras de una personalidad y carácter absolutamente libres. Su casa madrileña fue templo de peregrinación para los primeros pobladores de la movida madrileña. Por ella, pasaban habitualmente Pedro Almodóvar –quien compartió vida y casa con ella durante años–, Costus, Miguel Ordóñez, Alaska, Fabio McNamara, Carlos Berlanga y Bernardo Bonezzi. La vida de Sánchez Berciano estaba ya, por aquel entonces, enraizada en el territorio de las galerías y el arte emergente. Fue, de hecho, la mano derecha del prestigioso galerista Fernando Vijande hasta su fallecimiento.
Son numerosas las colaboraciones artísticas que protagonizó. Cabe citar, entre ellas, sus participaciones en las películas de Almodóvar Historia de amor que termina en boda (1974), Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980), Laberinto de pasiones (1982), ¿Qué he hecho yo para merecer esto! (1981) y Trailer para amantes de lo prohibido(1985). También trabajó en todos los cortos que Iván Zulueta produjo entre 1973 y 1976, y en los de Jesús Ferrero durante su primera estancia en Madrid.
La actividad de Blanca Sánchez Berciano fue siempre inagotable: trabajó en televisión, comisarió exposiciones, publicó textos en catálogos y artículos de prensa y, desde 1992, fue coordinadora de Artes Plásticas, Arquitectura y Diseño en el Círculo de Bellas Artes hasta finales de 2006. Su último gran reto profesional fue el comisariado de los actos conmemorativos del vigésimo quinto aniversario de la movida, por encargo de la Comunidad de Madrid (2006).
Más allá de su labor como galerista e impulsora de artistas vinculados a la nueva figuración madrileña, tuvo una influencia capital en la proyección del arte español en el exterior, con exposiciones como News images from Spain en el Guggenheim de Nueva York, y en la normalización de las conexiones de la cultura española con el mundo.
La colección personal de Sánchez Berciano brilla como única en su particularidad porque, aunque puede que no explicite del todo el arte de las tres décadas que recorre, sí que explica, abarca e integra sus grandes devociones: nadie atesoró tantas pinturas de Carlos Berlanga, Dis Berlin, Pedro Almodóvar y Fabio McNamara. Pero a éstas hay que añadir obras muy especiales de otros grandes creadores que dejaron rastro en su vida y forman parte de la primera división del arte español contemporáneo: Luis Gordillo, Guillermo Pérez Villalta, Carlos Franco, Miguel Ángel Campano, Carmen Calvo, Alberto García-Alix, Chema Cobo, Javier Campano o Zush, sin olvidar presencias foráneas de peso como las fotografías de Christopher Makos –con Warhol como modelo–, pinturas de Bob Smith o esculturas de Michael Buthe.
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