Arreglado, dos años tarde...
Más vale tarde que nunca. Nunca es tarde si la dicha es buena. Qué sabio es el refranero popular español. Y qué socorrido para expresar el comportamiento humano.
El 16 de noviembre de 2015 -hace casi dos años- publicaba en esta misma sección una queja. En el Paseo del Club Deportivo se había agrietado el asfalto. Tanto, tanto, que los coches se daban un buen topetazo al circular por encima de esas protuberancias.
El resultado fue que el concejal de Obras, Pablo Gil, no nos hizo ni puñetero caso. Hace más de un año – el 17 de junio de 2016- volví a la carga con los dichosos badenes naturales. No es que fuera manía mía, sino que los lectores me lo recordaban de cuando en cuando.
Mutismo. El concejal no pasaba por esa carretera ni tampoco debía de leer Diario de Pozuelo. Un municipio con superávit y con las carreteras estropeadas.
Ha tenido que pasar mucho tiempo para que mi denuncia fuera escuchada. Por fin se han arreglado esas grietas que castigaban los amortiguadores. Acaba de ocurrir, no se crean.
Ahora, según se van acercando las elecciones, parece que estos políticos están como más receptivos. ¿Por qué será?
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