El municipalismo ilustrado ante el Defensor del Pueblo
Anda, que ya os vale. ¿Cuánto tiempo llevo denunciando que los cauces de participación ciudadana están necrosados en Pozuelo? ¿Por y para qué somos una Gran Ciudad si no actuamos en consecuencia?
El régimen de Gran Ciudad agiliza la gestión municipal, resta competencias al Pleno en favor de la Junta de Gobierno Local. Y para contrapesar este poder se da más voz al pueblo llano que dirían los rojos; o sea, se fomenta la participación ciudadana.
Así debería ser, pero en Pozuelo como que da mucha pereza. Los vecinos a veces son un poco pesados, no saben muy bien lo que quieren, pero los gobernantes sí lo tienen claro. Todo para el pueblo pero sin el pueblo, que decían las antiguas monarquías.
Aquí podríamos hablar de municipalismo ilustrado, que más o menos viene a ser lo mismo. Para lo que nos interesa somos una Gran Ciudad, y para lo que nos pica somos un pueblecito.
En esta columna yo misma he dado la matraca con el tema en varias ocasiones: en octubre de 2017, en diciembre de ese mismo año, y hace un mes. Na. Ni prolífico caso.
También, en el pasado Pleno municipal, tanto Cs Pozuelo como Somos Pozuelo preguntaron por el tema. La respuesta lacónica, en ambos casos, del concejal participativo fue un “convocaremos el Consejo Social de la Ciudad próximamente”.
Queridos peperos pozueleros, a cumplir la ley tocan. Y como os estábais haciendo los remolones, el PSOE de Pozuelo os ha llevado ante los ojos del Defensor del Pueblo. Supongo que lo estará estudiando concienzudamente. No sé lo que concluirá, pero mucho me temo que sacará los colores a este gobierno de Quislant.
La verdad es que el concejal de Participación, el querido Diego de Arístegui, tiene un aire de déspota ilustrado. Pero resulta anacrónico.
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