La mujer de negro y el hombre de largo en la procesión
Hace un año cargué contra la alcaldesa en esta columna. Y contra Unai Sanz, de Somos Pozuelo, que pasaba por allí. Y el motivo había sido el atuendo elegido por ambos para acudir a la famosa procesión de la Virgen del Carmen, enmarcada en su día y en las fiestas del barrio de la Estación.
Oh, sorpresa, sorpresa. Imagina, querido lector, lo contenta que me puse cuando ayer vi que mis sugerencias en este columna son escuchadas. Asombrada, porque todo un concejal podemita acude año tras año a la procesión, que es mucho decir viendo el percal de los concejales de este partido en otros municipios. Más asombrada aún verle rectificar respecto al año pasado: ayer iba con camisa y pantalón largo. Muy bien, y muy elegante, para lo que es Unai.
Y de la alcaldesa sólo me resta decir, en boca de Benjamin Franklin, que sólo la persona íntegra es capaz de confesar sus faltas y de reconocer sus errores.
Y ayer iba guapa. Elegante. Confío en que esta afirmación no sea considerada por Podemos como un piropo punible.
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