A buenas horas, cámaras anti-robo en Pozuelo
Van aumentando los robos en Pozuelo, a la par que se van acercando las elecciones municipales. Donde antes el ayuntamiento presumía de seguridad, ahora ya no puede. Porque en los últimos dos años la sensación que percibimos los pozueleros es de que estamos menos seguros que antes. La alcaldesa Quislant ya no puede presumir porque se oye hablar de robos que alarman, algunos de los cuales han sido contados en estas páginas. El último el del hurto lascivo a las mismísimas puertas de la iglesia de Caná.
Y la alcaldesa que, como vengo diciendo, ha cobrado alas desde el incidente de las cremitas de Cifuentes, quiere dar la sensación de que todo está bien en Pozuelo. De que no hay ningún problema con la seguridad. Pero sí que lo hay. Roban, especialmente en los chalés de las urbanizaciones. También sustraen coches y furgonetas como nos vienen contando nuestros lectores. Pero Quislant quiere ocultarlo. ¿Por qué, si no fuera así, la iniciativa de poner cámaras lectoras de matrículas en las entradas y salidas del municipio y de sus urbanizaciones? Porque roban, señora alcaldesa. Y usted lo acaba de reconocer al anunciar que invertirán 300.000 euros en ese nuevo sistema de reconocimiento de matrículas.
Y a mi me parece bien que pongan cámaras aún a costa de nuestra privacidad, pero llega tarde, señora alcaldesa. Como a casi todo. Parece que todas las iniciativas inteligentes se apelotonan al final de la legislatura. Cualquiera diría que lleva tres años tocándose el ombligo. Y ya es tarde para intentar rascar votos. La gente cada vez tiene más memoria. Memoria histórica de la buena, de la que lleva a votar en conciencia.
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