Pablo Casado estuvo en la cabalgata de Pozuelo y la alcaldesa se hace ilusiones

Aquí estuvo el líder del PP, en la cabalgata del municipio considerado desde hace años como el bastión del voto azul. En Pozuelo la gente le saluda por la calle y Pablo Casado se siente cómodo. Por las personas, no por la recepción de la alcaldesa.

Porque, digo yo, que debe de ser un trago amargo para Casado venir a Pozuelo, que la alcaldesa escriba un tuit casi interpretándolo como un espaldarazo a su gestión municipal, y que en una semana le digan que se vaya a tu casa en la siguiente legislatura. O a la Asamblea de Madrid para que no moleste.

Antes del domingo Pablo Casado tendrá que ejercer de Robespierre político y truncar las ilusiones de unos cuantos. Ya no será un regalo de reyes para la alcaldesa. O será carbón.

Lo cierto es que el líder nacional del PP acudió a la cabalgata de Pozuelo para intentar contener la avalancha de votos que les va a quitar VOX. Y por eso se dejó ver por la Avenida de Europa, y no para apoyar a la alcaldesa saliente, sino con el fin de parar la sangría verde.

Y después Pablo tendrá que poner orden en esta jaula de grillos que es la gestora del PP en Madrid con un secretario general, Juan Carlos Vera, que anda como pollo sin cabeza.

La alcaldesa, a la que le falta un hervor en cuanto a política comunicativa se refiere, decidió dar rienda suelta a su incontinencia y contar a los cuatro vientos que Pablo Casado había venido a Pozuelo. Y lo hizo a través de un tuit que decía: “Apoyar a Pablo Casado desde el principio sin titubeos y poder recibirle hoy como Presidente del Partido Popular en Pozuelo para ver la Cabalgata ha sido un  gran regalo de Reyes”.

Qué tierno. Se me saltan las lágrimas.