¿Qué le pasa a la alcaldesa que se ha convertido en lideresa frente al COVID-19?
Estoy alucinanda. Reconozco que hay golpes de efecto que no me esperaba. Quislant se había dedicado a dormitar durante los primeros 25 días de pandemia y ahora -no quiero pensar que haya influido tanto mi columna de opinión- se ha puesto las pilas que le han cargado de iniciativas.
Ya no vende humo, ya no se apropia de las decisiones del Gobierno de España. Ahora toma decisiones del Gobierno de Pozuelo para los pozueleros. Primero -la semana pasada- anuncia el reparto de mascarillas en cada buzón, para protegernos ante el desabastecimiento. Y ya ha comenzado la distribución.
Y ahora -hoy- se desmarca con otra decisión que me alucina, por lo ingeniosa y diligente: El Ayuntamiento ha comprado 4.000 test de Covid-19 para realizar las pruebas a toda su plantilla.
Los empleados públicos irán regresando poco a poco, en las próximas semanas y de forma escalonada, a sus puestos y funciones presenciales. Bueno modo de conocer si pueden incorporarse al trabajo de forma segura, para seguir frenando el contagio.
Sólo pondré un pero. Las fotos que acompañan a las notas de prensa me siguen pareciendo pornográficas, por el intento de utilización personal ad maior gloria maior. Para mayor gloria de la alcaldesa. Ya sabemos que detrás de las decisiones del Ayuntamiento en esta materia está su primera edil. Pero a mi por lo menos me provoca rechazo verla haciendo ademán de descargar una caja o de repartir mascarillas en los buzones.
Alcaldesa, hágame caso: no es necesario el postureo para que los vecinos le agradezcan el trabajo que hace por ellos. Más humildad, por favor.
Escribir un comentario