Por la lucha de las mujeres
Uno de los debates más frecuentes asentados en nuestra sociedad y que personalmente calificamos como ilógicos, es el del verdadero significado del feminismo, que está muy lejos de frecuentes malinterpretaciones que escuchamos sobre su verdadera finalidad. No se basa en la superioridad de la mujer ni en querer humillar al hombre, el feminismo es la lucha constante de los derechos y de la dignidad de millones de mujeres y niñas de todo el mundo.
Muchas veces hemos oído comentarios como “el feminismo es una moda”, o “el feminismo solo quiere que las mujeres estén por encima de los hombres”. Con estos falsos argumentos, se trata de minimizar el enorme y universal problema de la desigualdad entre hombres y mujeres. La realidad está muy lejos de estos intentos de destruir el movimiento feminista, porque a la vez que estás leyendo esto, otro caso de violencia de género entra a los juzgados y otro, se descarta porque no hay suficientes pruebas. Lamentablemente, podemos incluir en este artículo, otro caso de violencia de género reciente ocurrido en Pozuelo de Alarcón, en el que una mujer fue asesinada por su marido saltándose la orden de alejamiento.
La gran pregunta, que solapa con la de “¿por qué ocurre esto?”, es la siguiente: ¿por qué tenemos que seguir luchando después de tantos años? Al echar la vista atrás y al hacer memoria histórica, las mujeres llevamos demasiado tiempo acostumbradas a una sociedad machista, clasista y “tradicional”. Los orígenes de este movimiento que trata de liberarnos de nuestras cadenas comienza en el siglo XVIII, concretamente durante la revolución francesa, cuando Olympe de Gouges escribió Los derechos de la Mujer y del Ciudadano. Aunque su destino fue morir en la guillotina, marcó un antes y un después en el largo camino hacia la igualdad. Actualmente, hemos y seguimos consiguiendo numerosos avances, pero no hay que bajar la guardia aunque detestemos tener que estar en alerta de manera constante al caminar por calles oscuras e inhabitadas.
Sinceramente, ojalá no tuviésemos que volver con miedo a nuestras casas por la noche o tener que decirles a nuestras amigas que avisen cuando lleguen a casa. Ojalá nuestra meta se consiga dentro de poco como consecuencia de nuestros gritos y de nuestra rabia porque se nos considere inferiores a nadie. Nosotras no debemos estar por debajo de nadie ni de nada. Estamos en lo más alto del podio con nuestra medalla de oro en la mano que nos hemos ganado luchando. Hoy y Siempre por un Pozuelo feminista.
Celia Alves Herráez
Ana García Sosa
Celia Atauri Jover
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