Ciudadanos Pozuelo ya no existe: sólo queda el nombre
Me cuenta gente guapa de aquí que Ciudadanos Pozuelo está hecho unos zorros. En caída libre.
Y que en el Patio Segovia del Ayuntamiento se oye todo lo que pasa en los despachos de los concejales naranjas. Claro, están al ladito porque el PP ya se encargó de comprar su voluntad asignándoles la mejor zona posible en el Ayuntamiento, con despachos de madera noble y todo…
Y allí, en el Patio Segovia, creyendo que están solos, los concejales de Ciudadanos hablan de sus cosas. Pero se oye todo. Y hay funcionarios alrededor. El otro día, sin ir más lejos, un trabajador municipal creyó oír algo así como “¡para lo que me queda en el convento…!”
Sea o no sea cierta que tal frase fue dicha, en lo que fue un claustro de los Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey, los concejales de Ciudadanos parece que están asumiendo su final.
El otro día contaba de la suculenta comida que Carmen García Palomino había preparado a la alcaldesa Quislant y al portavoz naranja Damián Macías. Con sus respectivas parejillas. Un acercamiento más que anunciado al PP. ¿Admitirá el Partido Popular a estos concejales díscolos? ¿Tendrán intención de ir en las próximas listas electorales con la formación azul?
De los otros dos concejales naranjas también he recibido noticias. Ángeles González viste ya más de azul que de naranja. Y a Nacho Eusebio los mandamases regionales de Ciudadanos le han dado libertad de voto. Algo así como un “haz lo que te salga de los cojones”.
Realmente Nacho ya venía haciendo de su capa un sayo, con el consiguiente cabreo del portavoz Damián Macías, de quien Nacho cuenta a diestro y siniestro que Damián le amenazó diciéndole que iba a pedir a la alcaldesa que le quitara el sueldo -la dedicación- si no votaba a favor de los presupuestos. Qué fuerte, qué fuerte.
Damián, te lo has currado. Vete pidiendo un carguito a la alcaldesa para disfrutar de la política durante este año. Porque creo que tu dedicación a la cosa pública se acabará justo dentro de un año, en las próximas elecciones. Y vas a tener que volver a trabajar de verdad, y no solo con la cara.
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