Nada que celebrar en las fiestas de pozuelo

Ahora que se ha terminado el ruido, quizás podamos escucharnos. Ahora que ya podemos descansar por la noche, quizás podamos hablar sin malhumor. Ahora que todo ha pasado quizás podamos reflexionar desde el sentido, y no desde el tormento. 

La pregunta que ofrezco al ayuntamiento y la sociedad de Pozuelo es ¿Podemos celebrar sin pérdida de control? Porque lo que ha sucedido en estas Fiestas de la Consolación de 2024 es una pérdida de control por parte de muchas personas, agentes y entidades. Para quien lo sepa, han sido 9 días, y digo nueve días y nueve noches con música por encima de todos los niveles soportables más allá de la contaminación sonora admitida en un área residencial. Para miles de vecinos de la Avenida de Europa los nueve días con música y (bajos) hasta las 3:30am cada día se han hecho insoportables. Los chats bullían de estupor e incredulidad porque lo que pasaba en las calles a partir de las 9 de la noche. 

Calles y caminos llenos de jóvenes mayores y menores de edad bebiendo sin ningún control. Calles, donde al día siguiente los bebes siguen aprendiendo a caminar, los niños se caen en sus bicicletas, y las abuelas caminan con sus sandalias de verano, en un suelo plagado de cristales rotos sin limpiar desde el recinto ferial hasta la estación de tren de Aravaca. Aún hoy la Carretera de Aravaca o la Avda. de Europa están con muchísimos cristales y plásticos tanto en la calzada y en los paseos. 

Pero no han sido solo 9 días. Han sido las tres semanas de toda la preparación y la semana después que aún siguen tratando de limpiar el desmadre. Y el desmadre siempre tiene consecuencias. Las fiestas han producido titulares dramáticos en las noticias nacionales, y no creo que sea deseable continuar otros años en esta línea de actuación. Porque celebrar no tiene nada que ver con perder el control. 

El sentido de este texto no es ideológico, sino de respeto. El urbanismo, aunque sea en la temporalidad de un evento, debe tener en cuenta que un recinto ferial, no puede instalarse entre la casa de campo del Ayuntamiento de Madrid y un área residencial muy importante para Pozuelo como es la Avenida de Europa. Necesitamos un urbanismo, es decir, unas fiestas que nos permitan celebrar y no, que generen más pérdida de control. Un urbanismo más afectivo para una vida tranquila juntos y juntas en Pozuelo, y que las fiestas no sean un espectáculo del ruido y la inhibición de uno mismo entre luces y ruidos insufribles en un área residencial. Las fiestas nos dejan una explanada inerte, polvorienta y seca, donde antes había retamas, suelos vivos y algunos árboles que han desaparecido. Antes muchos vecinos paseaban, corrían o disfrutaban de un descampado con mucho más valor que el que ustedes le presuponen.

Otras fiestas son posibles, pero no de esta manera. Este año 2024, miles de personas en Pozuelo no han tenido nada que celebrar. 

Mauro Gil-Fournier. 
Doctor arquitecto y Fundador de Arquitecturas Afectivas.