El escorpión no perdona

El misionero no es Carlos Ulecia. El misionero realmente es Possuelo . Qué amabilidad. Qué palabras tan delicadas. Qué ternura de relato. Cojonudo para una hoja parroquial. Incienso del mejor. Pero, ¿qué pasa? ¿Nadie le cuenta a Possuelo las cosas que realmente suceden en el Ayuntamiento de Pozuelo? ¿Nadie le ha relatado, por ejemplo, la última reunión de los concejales del Partido Popular? ¿Nadie le ha contado que aún sigue en activo alguien tan menor, pero tan dañino como Yolanda Estrada? ¿Nadie le ha informado del enfrentamiento protagonizado, ante la perplejidad de todos, por esta eminencia de la política con la secretaria general del Ayuntamiento, Elvira María García, en el último Pleno municipal?

Mi correo echa humo. El problema no es encontrar una garganta profunda. La dificultad reside en escoger la más fiable. Y lo tengo jodido porque, como no soy Tennessee Williams, no confío en la bondad de los extraños. Supongo que Possuelo es un gran tipo. Pero yo no me lo puedo permitir. Las buenas obras siempre se acaban pagando. Y no estoy aquí para hacerle panegíricos a nadie.

El Grupo del PP en el Ayuntamiento es un polvorín. Una olla a presión. La última mecha la encendió el anuncio del alcalde, Gonzalo Aguado, de una próxima remodelación de gobierno. Mal hecho. Esas cosas no se avisan. Lo inteligente es hacerlas de un tajo. Un golpe seco. De repente. Hay que evitar que los posibles afectados empiecen a maniobrar, a conspirar, a defenderse. A intentar neutralizar el ataque. Es lo que ya está sucediendo. Eso Zapatero lo borda. Tal vez sea lo único. La inefable ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, se enteró de su cese un minuto antes de que lo dieran los telediarios. Aún se está acordando de sus antepasados. De los del presidente, claro.

El ascenso a vicealcaldesa de la concejal Yolanda Estrada se respira pues en el ambiente. Creo que no me he expresado bien. Quiero decir que esta posibilidad está haciendo que el ambiente sea irrespirable. Que no es lo mismo. Nunca he comprendido bien a la gente que está dispuesta a amarrarse a la carreta de María Antonieta, camino sin retorno a la guillotina. El alcalde debería hacer más caso a Carl Von Clausewitz y menos a Yolanda Estrada. Para empezar el curso como Dios manda, es decir, con buenos sentimientos como los de Possuelo, el uno de septiembre lancé la siguiente pregunta: ¿Dónde está la lista de méritos profesionales y políticos de esta concejal? Dije que esperaba ansioso y que si esos méritos existiesen, aquí serían convenientemente recogidos. Nada ha llegado. Deduzco que no existen.

Lo que sí existe es una colección de testimonios sobre las peculiaridades de su gestión. La relación es larga y hoy ya es tarde. ¿El resumen? División y enfrentamiento permanente allí donde pone el pie. Y su gran especialidad que perfecciona día a día: no acostumbra a aportar soluciones a los problemas, sino problemas a las soluciones. Y donde aparece un problema, ante todo, encuentra a un enemigo. Parece ser de ese tipo de personas que no necesitan una escopeta para generar el caos. En fin, echarte a tus espaldas a un escorpión puede resultar excitante, pero es muy peligroso. Sobre todo si eres la rana y estás en medio del charco. El escorpión nunca perdona. Fiel a su instinto, siempre clavará su aguijón. Incluso aunque al final perezca en el ataque. Es su naturaleza.

Así están las cosas. Buenos días y buena semana, amigos.

jacobodemaria2@gmail.com

NOTA DE LA DIRECCIÓN DE DIARIO DE POZUELO

Diario de Pozuelo quiere aclarar que en ningún momento Jacobo de María ha sido invitado a abandonar las páginas de nuestro diario. Tampoco esta redacción ha recibido presiones municipales para que lo haga. La decisión de dejar de escribir en Diario de Pozuelo ha sido exclusivamente suya, al igual que lo es su reincorporación. En cualquier caso, este diario se felicita por la decisión adoptada por Jacobo de seguir publicando en nuestras páginas. Es por ello por lo que recogemos los dos artículos que había publicado exclusivamente en su blog.

Este diario no asume como propias las opiniones difundidas a través de las colaboraciones y cartas al director que publica.