Pereza congregó a 3.000 personas en El Torreón

El dúo madrileño consiguió reunir a tres mil personas en el anfiteatro El Torreón que no dejaron de animar a lo largo de todo el concierto. Durante las más de dos horas de actuación el público cantó y bailó con el repertorio de canciones que han llevado a este grupo a ser un referente en las listas españolas.

Si a Leiva y Rubén (Pereza) les hubieran contado hace apenas cinco años que hoy serían uno de los grupos más radiados y de mayor comercialización de la música española, posiblemente hubieran tomado por loco a quien lo hubiera dicho. Actualmente la realidad es que Pereza es un grupo que suena bien, gusta y además insufla un aire nuevo a ritmos un tanto dejados de lado como es el caso del rock & roll. El pasado sábado en Pozuelo quedó constancia de todo esto en el concierto que Pereza ofreció con motivo de las fiestas de Nuestra Señora del Carmen.

Desde dos horas antes de que se abrieran las puertas ya se pudieron ver a los primeros fans llegando al anfiteatro El Torreón con sus pancartas y enseñando con orgullo sus entradas. «Pereza son únicos, inigualables. Pueden pasar cien años y nunca habrá un grupo como ellos» dice con tono firme una aficionada que reconoce abiertamente haber asistido a todos los conciertos que el dúo madrileño ha dado este verano en Madrid. Mientras, la fila va en aumento con un constante goteo de personas.

Una vez se abren los accesos al recinto, la multitud que encabezaba la cola de la entrada corre enloquecida a ocupar una plaza en las primeras filas del auditorio. Una vez haya comenzado el concierto no cabrá un alfiler y la parte delantera de las gradas será una verdadera marea humana que mueve sus brazos rítmicamente al compás de la música.

Cuando el grupo Montoto, teloneros para la ocasión, ha dejado el escenario aparece el dúo Pereza recibido con un fuerte aplauso acompañado por el batería y un guitarrista. En pocos minutos consiguen contagiar en el público sus ritmos fáciles, sus maneras transgresoras y su acento canalla. Todo el mundo canta el repertorio aprendido para la ocasión y los que no conocen las letras de las canciones simplemente las bailan o hacen como si cantaran. Los minutos pasan casi sin darse cuenta al ritmo de canciones como «Animales, Superjunkies, Como lo tienes tú o Todo» y el público va intuyendo el final del concierto.

En la última parte de la actuación, cuando ya se ha pasado con creces la medianoche, Rubén empieza a interactuar con el público. Habla con ellos y éstos le devuelven una respuesta multitudinaria, casi inteligible. El líder del grupo cuenta diversas anécdotas personales y finalmente concluye diciendo «nosotros no somos un grupo de pop, tampoco de rock, nosotros somos unos hijos de puta». En ese momento todo el público, animado por el grupo, les devuelve las palabras y es ahí cuando llegan las canciones más esperadas: «Princesas» y «Yo Pienso en Aquella Tarde». Todo el público las corea levantando los brazos hacia el escenario. Pereza se había metido en el bolsillo a todo el público de Pozuelo.