Mueren dos vecinos de la localidad, junto a otras dos personas, al caer en una fosa séptica
Los fallecidos son el dueño de la empresa , Francisco Olmos, de 58 años, y su hijo Antonio Olmos, de 23 años, ambos vecinos de Pozuelo de Alarcón, y el matrimonio formado por José Carlos Hernández y su esposa Cristina Clemente, ambos de 36 años, que residían en una vivienda situada en el recinto de la piscifactoría, según informó a través de un comunicado la Subdelegación del Gobierno en la provincia.
Padre e hijo fueron enterrados este martes en el cementerio municipal de Boadilla del Monte, mientras que el matrimonio fallecido fue incinerado en el tanatorio de la M-30.
El accidente tuvo lugar en torno a las 12:24 del lunes cuando el hijo del dueño de la planta decidió abrir la fosa y tratar de desatascar la rejilla con un gancho, pero la emanación de gases tóxicos y la falta de oxígeno provocaron que se desvaneciese y cayese dentro de la fosa.
Cuando Francisco se percató de que su hijo no podía salir, trató de ayudarle, pero también cayó dentro de la fosa a causa de los gases pesados que emanan de esta. Carlos, encargado de la piscifactoría, se acercó a la trampilla, y al ver que padre e hijo no salían, se precipitó hacia el interior. Posteriormente, Cristina, al intentar ayudar a su marido, corrió la misma suerte.
Estas muertes se produjeron porque en el interior de las fosas sépticas, pozos, colectores de aguas residuales y tanques cerrados pueden acumularse gases pesados que desplazan el oxígeno hacia arriba y, si éste es insuficiente, puede causar la muerte por asfixia a quienes estén dentro, o por envenenamiento debido a gases tóxicos acumulados. Con estas ya son 33 las muertes producidas en fosas sépticas desde el año 2000.
Escribir un comentario