FÚTBOL.- El Pozuelo volvió a pinchar en la jornada 16. Su rival, el Atlético de Madrid respira en puestos de zona templada mientras los pozueleros se ahogan en puestos de descenso a regional.
Ya a los 5 minutos la cosa pintaba mal. Primera llegada del atlético a la meta de Ballesteros y primer gol. Jarro de agua fría que nació de una gran galopada por la banda izquierda del escurridizo extremo izquierdo rojiblanco, Portilla, quién demostró durante todo el partido la calidad que atesora el conjunto colchonero.
Después del chaparrón que bien pronto caía sobre los jugadores de Felipe
Huelva, estos intentaron, sin fortuna, recuperar su sitio en el verde. Un incesante pero poco afortunado ataque sobre el marco de Nacho se convirtió en la tónica de toda la primera parte. El filial rojiblanco, por su parte, prefería esperar y utilizar la estrategia del contrataque. Así nació el segundo gol. Corría el minuto 45 cuando una recuperación de Isma Gil en la línea medular fue transformada en un perfecto pase en profundidad que fue culminado con una excelente vaselina por Hernández, el lateral diestro de la escuadra madrileña.
2 a 0, gol psicológico y a los túneles de vestuario con una desventaja poco conocida por el Pozuelo.
La salida del vestuario del Pozuelo resultó ser esperanzadora. Los verdes creaban ilusión con su valentía de remontar a los rojiblancos. Lo intentaban incesantemente, como en la primera parte pero al igual que en esta el marco de Nacho seguía sin recibir un disparo con cierto peligro.
Todo parecía una repetición de la primera parte y mucho más cuando el Atlético enchufó la tercera diana. Gol de Quique que demostró las máximas de un delantero. Corría el minuto 27 de la segunda parte y poco tiempo tenía el Pozuelo para una remontada heroica.
Felipe Huelva movía el banquillo anteriormente con la esperanza de una remontada. Julen, Yaco y Espinosa sustituyeron a los poco acertados Mino, Alonso y Gabi.
Aunque en principio parecía que el técnico pozuelero se había equivocado en las sustituciones el tiempo dio, como casi siempre, la razón al mister del Pozuelo en la forma de realizar los cambios.
La maquinaria del Pozuelo comenzaba a funcionar y el Atlético se veía metido en su área. Un par de lances de Losa metieron el miedo en la meta del cancerbero que por entonces ya se había estrenado. Las bandas pozueleras comenzaban a funcionar y en uno de los centros sobre la portería de Nacho, el capitán Martín cometió un penalty de patio de escuela. Esos penaltys en los que dos jugadores, en este caso Julen y el capitán rojiblanco, pugnan por el balón y existe un pequeño derribo del defensa sobre el atacante.
Penalty de los que no se suelen pitar pero que en este caso Arias Fernández consideró justo. El penalty lo lanzó Aguilera con mucha incógnita ya que antes de acariciar las mallas de la portería colchonera Nacho logro tocar el balón. 3-1 en el minuto 38 de la segunda parte y a siete de la conclusión del partido. Había tiempo y el Pozuelo lo sabía.
Por esta razón el equipo salió a por todas con más corazón que cabeza. Lo que suele pasar en estos casos es lo que le ocurrió al equipo del municipio. El ataque desesperado provocó un repliegue poco controlado y en este caso dio opción al mejor detalle del partido realizado por Molino quien después de driblar a 3 defensores pozueleros puso un balón a la banda izquierda
donde apareció Portilla para devolver un pase magistral al delantero madrileño y poner el 4-1 en el marcador. Este cuarto gol, 1 minuto después del gol conseguido por el Pozuelo, no hizo más que prolongar la agonía del Pozuelo.
Poca fortuna la del Pozuelo
Ocho son las jornadas que el Pozuelo lleva sin conseguir una victoria. La última victoria data del 7 de octubre cuando aún el equipo mantenía en zona templada sus intereses. A 2 de diciembre, el invierno se acerca y tanto la afición como los pupilos de Felipe Huelva se quedan helados al mirar los puestos clasificatorios.
Puesto 17, que hace que de aquí a final de temporada el Pozuelo dispute una final cada semana.
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