El MIRA Teatro conserva sus ‘Secretos’

Pol Quintana, Marc Jean Mairet, Pekly y el ilusionista Mag Lari sorprendieron al público, que abarrotó las dos sesiones programadas en la tarde del 30 de diciembre. El espectáculo ‘Secretos’ llenó de música, color, humor, pero sobre todo magia, el escenario del MIRA Teatro de Pozuelo de Alarcón.

Una nívea gabardina recibía a los asistentes a su llegada al centro cultural. Instantes después, una voz grave anunció el comienzo del espectáculo. Las luces se apagaron, la música tronó en el auditorio, las palmas del público aumentaron y Mag Lari ocupó el escenario ataviado con un traje blanco. A partir de ese momento, nada era lo que parecía. 

En un repertorio plagado de números clásicos, los asistentes no averiguaron, en ningún momento, los enigmas que se escondían detrás de cada uno de ellos. En ‘Secretos’ el público se convirtió un elemento fundamental. Así, la utilización de voluntarios resultó harto frecuente a lo largo de los 80 minutos de función.

Pero el mayor protagonismo, con la salvedad de la magia, recayó en el humor. El ilusionista utilizó a lo largo de la función numerosos toques cómicos, empleando con asiduidad la tacañería que se le atribuye a los catalanes como elemento central de sus chanzas. 

Desaparición con suspense
El espectáculo llegaba a sus momentos finales, cuando Mag Lari anunció un número en el que haría desaparecer a una niña del público. Tras la elección de su acompañante y la presentación del revolucionario mecanismo que utilizarían para el número, la joven desapareció. Apareció, tras varios intentos intencionadamente frustrados, en un compartimento completamente distinto al anterior, lo que despertó una gran ovación del público. 

Desapariciones, sesiones de espiritismo sui géneris o transformaciones llenaron la tarde del domingo en el MIRA Teatro porque, como el propio ilusionista aseguró, acudiendo al célebre principio de Lavoisier, «la materia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma». La mutación de una botella de Coca-Cola en una copa de cava resultó un ejemplo evidente de ello.