Mar Cogollos: «Las lesiones medulares espinales se pueden prevenir»
Mar Cogollos es presidenta de la Asociación pozuelera AESLEME, dedicada a la prevención de los accidentes que causan la lesión medular espinal. Para conseguir su propósito, un médico especializado en este tipo de lesiones y un lesionado medular imparten conferencias tanto a niños como a adultos.
¿A qué se dedica la asociación?La asociación se creó en 1990 y se dedica a la prevención de lesiones fundamentalmente medulares y traumatismos craneoencefálicos de causa traumática causados por accidentes de tráfico, accidentes deportivos.
Nuestra asociación se centra principalmente en campañas de prevención que se llaman ‘te puede pasar’ y que cambian según la edad a la que vayan dirigidas. Las hemos realizado dirigidas a escolares, universitarios, soldados del ejército, policías y guardias civiles.
Ahora ha comenzado una campaña con los adultos a través de las empresas. En ella se tratan las causas que producen las lesiones, las medidas preventivas que se pueden realizar, qué se debe hacer cuando ocurre un accidente y, sobretodo, qué no se debe hacer y cómo cambia la vida de una persona cuando de la noche a la mañana se encuentra con una discapacidad de este tipo -una paraplejía o una tetraplejia con lesiones muy graves a las que hoy en día la medicina no ha encontrado cura- .
¿Cómo se pueden prevenir las lesiones?
La causa principal de las lesiones medulares y traumatismos craneoencefálicos en España y en Europa son los accidentes de tráfico. Lógicamente en el coche hay que llevar siempre el cinturón puesto en todos los asientos, el reposacabezas regulado a la altura adecuada de la nuca y no del cuello, los niños deben ir sentados en su sillita de retención infantil, hay que evitar hablar por el teléfono móvil y conducir si se ha bebido o se está cansado.
En el caso de la moto, siempre hay que ponerse el casco –aunque la distancia sea pequeña-. Y para los peatones es imprescindible cruzar por el paso de cebra cuando el semáforo esté en verde, y es muy importante esperar siempre a que la primera fila de coches haya parado.
Si hablamos de accidentes acuáticos, el tema de la zambullida es muy importante. Hay que tirarse siempre de pie la primera vez para comprobar la profundidad del agua y, una vez comprobado que no hay ningún obstáculo, se puede saltar de cabeza sin riesgo. En las piscinas es más fácil saber aproximadamente la profundidad del agua y, por ello, este tipo de accidentes ocurre más en pantanos, en lagos donde el agua está turbia y no se ve fácilmente el fondo. Existen muchos accidentes de este tipo y en el 100% de los casos son evitables. Y en otro tipo de deportes, fundamentalmente en los de más riesgo, siempre recomendamos tres cosas: practicarlo con un monitor especializado, utilizar el material y el equipo adecuado y en buenas condiciones y calentar bien los músculos siempre antes de iniciar el ejercicio.
También hay lesiones por caídas. En los niños pequeños hay que controlar cualquier caída desde una altura -por ejemplo que no haya una ventana abierta y el niño se pueda subir a una silla o a una mesa y pueda precipitarse o una caída desde un árbol-. Y para evitar los accidentes laborales hay que usar arneses, casco y todas las medidas obligatorias. Muchas veces, por un descuido del trabajador o de la empresa, suceden accidentes irreparables.
¿Qué consecuencias se derivan de una lesión medular?
El primer problema es que desde la lesión hacia abajo la persona se queda sin movilidad y sin sensibilidad. Si la lesión es de la cintura hacia abajo, una paraplejia, no se sienten ni las piernas ni los pies; si la lesión es desde el cuello, no se mueve ni se siente ni las piernas, ni parte del tronco ni los brazos.
Estas dos cosas –falta de movilidad y de sensibilidad- suponen una alteración en el aparato digestivo y en el urinario, en la sexualidad. Pero también se añaden los problemas psicológicos: asumir de repente que otra persona le tiene que ayudar a hacer cosas tan básicas como vestirse o lavarse, junto al hecho de que al estar en una silla de ruedas y no poder andar se tiene el acceso cerrado a muchos edificios o numerosas dificultades para desplazarse por las aceras al existir obstáculos.
Gracias a la prevención, ¿cuánta gente podría salvarse de tener una lesión medular?
Alrededor de 1.000 personas sufren todos los años lesiones medulares. Y si se habla de traumatismos craneoencefálicos, las cifras pueden ascender hasta 20.000. Estas cifras anuales pueden evitarse en el 70% de los casos. Por tanto, si trabajáramos más en prevención y educación, la cantidad de dramas personales y familiares que se podrían evitar serían bastantes.
¿Cómo cambia la vida de estas personas?
En primer lugar, son enfermedades para toda la vida. De momento la medicina no ha encontrado cura y toda la familia se ve afectada por la lesión de uno de sus miembros. Los roles de los familiares cambian en función de esta discapacidad que sufre uno de sus miembros. Es muy duro para un chaval de 18 años que su madre le tenga que lavar o pensar que no puede tener relaciones con su novia como las tenía antes –de hecho hay muchas rupturas porque creen que no van a poder hacer feliz a su pareja-.
Los problemas existen pero hay que buscar el lado positivo, hay una vida después del accidente. Existen problemas, pero con cierto apoyo y no encerrándose en casa, se pueden superar; hay que salir, seguir trabajando o estudiando y relacionándose con los amigos.
Yo tengo una tetraplejia y tengo afectadas las manos, el tronco y las piernas. Me levanto a las 8 de la mañana, me acuesto a las 11 de la noche, estoy aquí en Aslemes trabajando toda la mañana y parte de la tarde, viajo, etc. El problema es que necesito que mi marido me ayude por la mañana media hora para levantarme, ducharme y vestirme; y en la oficina tengo un asistente que me lleva donde sea necesite. Cuando llego a casa me encargo de mis hijas; yo tuve gemelas después de mi tetraplejia -fue el primer caso en todo el mundo-.
Es decir, a pesar de una lesión tan grave como la mía, llevo una vida normal. Si hablas con un parapléjico que tiene las manos bien te dirá que conduce, que puede manejarse solo porque tiene mucha independencia; lo único que no va a poder hacer es subir una escalera o un bordillo alto. Es cierto que nos cuesta más tiempo y más esfuerzo hacer las cosas pero no dejamos de hacer nada a pesar de ello.
¿Qué se puede decir a la gente para que sea más cauta y tenga más cuidado y precaución?
La vida pude cambiar en un segundo y a todos nos puede pasar. Todos somos peatones, todos vamos en coche, todos hacemos deporte, todos nos bañamos en verano, y lo que no es normal es que miles de personas cada año queden con algún tipo de discapacidad precisamente por estos accidentes. Si bebes tres copas y te pones al volante, o si conduces a 160 km/hora, tienes muchas posibilidades de sufrir un accidente y luego no vas al hospital y el médico te cura; lo que pierdes lo pierdes ya para toda la vida. Por tanto, yo creo que no merece la pena por un segundo de imprudencia arriesgar el resto de tu vida.
¿Qué les dirías a todas aquellas personas que tienen una lesión medular para que sigan luchando día a día y se enfrenten al mundo con ganas?
Hay que tener en cuenta que cada situación es un mundo, no todo el mundo tiene los mismos recursos. Yo soy psicóloga y he trabajado durante algunos años en La Paz y he vivido situaciones que te hacían volver a casa y pensar que es que hay personas que lo tienen realmente difícil.
Hay que procurar tener por lo menos el apoyo psicológico que se necesita al principio para poder afrontar esta nueva situación. Y luego es muy importante salir, relacionarse con otras personas, reunirte e integrarte a cualquier colectivo de cualquier tipo de personas, y no únicamente con discapacidad. Porque yo creo que todos nos podemos aportar algo y a la sociedad le viene muy bien que seamos capaces de compartir con personas diferentes porque en el fondo todos somos diferentes.
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