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Vecinos del casco histórico protestan por la tala de un olmo centenario

 

Algunos residentes del casco histórico de Pozuelo de Alarcón han hecho públicas sus quejas al descubrir que el Ayuntamiento había talado un viejo olmo de la calle Ramón Jiménez para llevar a cabo la remodelación de un muro.


El Ayuntamiento procedió al cierre de la calle Ramón Jiménez, una las más transitadas del municipio, con el objetivo de reformar un pequeño muro colindante con la acera. Para ello tuvo que talar de raíz un viejo olmo de más de cien años que era un referente de dicha calle, dada su antigüedad y frondosidad.

La portavoz socialista en el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón, Eva Izquierdo, ha lamentado que «el Ayuntamiento de Pozuelo incumpla la legislación vigente al no haber elaborado y aprobado un Catálogo de Bienes Protegidos, en el que estaría incluido este olmo, lo que le habría salvado la vida. Además la tala y abatimiento de ejemplares de árboles que posean un interés botánico o ambiental constituye una infracción en materia de uso de suelo, tal y como dispone la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid». Sin embargo, la concejalía de Medio Ambiente, al frente de la que se encuentra Mónica García Molina, ha asegurado que «el árbol no es del género Ulmus, sino Robinia y la tala realizada ha tenido como único fin velar por la seguridad de las personas y/o sus bienes ya que el estado de la madera estaba muy deteriorado comprometiendo seriamente su estabilidad».

El olmo que ha provocado toda la polémica tenía un tronco de aproximadamente un metro de diámetro y una copa de unos quince metros, también de diámetro. Además de dar sombra a la plaza que era un lugar de encuentro de numerosos vecinos de la zona, especialmente mayores, el árbol se encontraba en perfecto estado.

El olmo es una especie emblemática, actualmente en extinción, ya que desde los años ochenta decenas de miles de estos ejemplares han ido desapareciendo de la geografía española como consecuencia de la grafiosis, una enfermedad que consiste en la transmisión de un hongo a través de un escarabajo que impide la circulación de la savia del árbol.

Ante la protesta de los vecinos, el Grupo Municipal Socialista ha solicitado al Ayuntamiento el expediente por el que se ha autorizado lo que en palabras de su Portavoz, Eva Izquierdo, considera una «tala salvaje», pues considera que «estas obras deberían haberse realizado respetando nuestro patrimonio, como era este olmo centenario, respetando los usos de los vecinos que gustan de disponer de elementos de referencia de la ciudad como era este olmo». En este sentido, la concejalía de Medio Ambiente de García Molina asegura que «sus raíces estaban empujando al muro con el consiguiente riesgo de desplome». Según parece el árbol estaba enfermo puesto que Medio Ambiente afirma que «se trababa de un ejemplar con claros síntomas de pudrición en las ramas y en el tronco, con oquedades y exudaciones». Por ello, desde el Ayuntamiento, afirman que «la tala queda plenamente justificada para salvaguardar la seguridad de los viandantes».

Las raíces de estos ejemplares, de aproximadamente siete mil kilos, requieren el uso de una replantadora, y de una grúa especial para su traslado. Por ello, la Comunidad de Madrid dispone desde el año 2005 de un proyecto de recuperación del olmo en los municipios de la región, en el que no participa Pozuelo.


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