Discurso de Jesús Sepúlveda del 11 de marzo
Buenos días a todos. Quiero empezar esta última intervención como alcalde de Pozuelo de Alarcón expresando mi agradecimiento a los concejales que componen el equipo de gobierno, al Grupo Municipal Popular por el apoyo que me han prestado como alcalde de Pozuelo y el trabajo que han desarrollado en el ejercicio de sus responsabilidades.
Para mí ha sido un inmenso honor haber servido durante seis años como alcalde a los vecinos de Pozuelo.
Me siento muy orgulloso de haber dedicado mi tiempo, esfuerzo y trabajo a este municipio; y, en la medida buenos y menos buenos, y que os garantizo siempre llevaré en mi recuerdo.
Quiero deciros que no me arrepiento de nada. Seguro que en una gestión de gobierno a lo largo de seis años puede haber errores y aciertos. Los asumo todos.
Me siento satisfecho, aunque triste. Satisfecho porque creo honestamente que el trabajo que hemos realizado ha contribuido a mejorar la calidad de vida de los pozueleros. No hemos parado de trabajar ni un instante durante todos estos años con ese único objetivo. Y creo que lo hemos conseguido. Hoy, la calidad de vida de nuestro municipio es ya un referente, especialmente en la Comunidad de Madrid, aunque también en otros lugares de España. Todos los proyectos y planes que hemos puesto en marcha han tenido ese único propósito esencial: hacer más fácil la vida de todos en Pozuelo. Y lo hemos logrado en los grandes proyectos, que ahí están, y ahí quedan ya para siempre.
Son innumerables y no os quiero cansar: Nuevas instalaciones deportivas, nuevas infraestructucturas de comunicación, nuevos espacios culturales, nuevos parques, nuevas viviendas para los jóvenes, nuevos centros educativos y un sin fin de actividades y programas destinados a niños, mayores, discapacitados y múltiples actuaciones que hemos desarrollado para contribuir al crecimiento y al desarrollo económico y a abrir, en fin, nuevas oportunidades de progreso. Hemos procurado asimismo ocuparnos de los pequeños detalles, los pequeños trabajos que condicionan nuestro día a día como vecinos y que tan directamente repercuten en nuestro bienestar.
Nos hemos encontrado con dificultades que, sin embargo, no nos han hecho retroceder. Quizás lo más fácil y cómodo habría sido en algunas ocasiones dejar las cosas como estaban. Pero nunca he comprendido a quienes, como nos señalaba Antonio Maura, conciben el ejercicio de las responsabilidades políticas como un simple ‘despachar los expedientes y ver pasar y caer las hojas del calendario, y desear las cosas buenas, pero abandonarlas a la menor resistencia'.
Era nuestra obligación trabajar para todos, porque así lo habíamos comprometido, y nunca nos hemos apartado de esa dirección. Hemos procurado, en todo momento, mirar la realidad de nuestra ciudad a través de los ojos de sus vecinos, que para nosotros no sólo son un número más en el censo de habitantes, sino que con personas con nombres y apellidos, con problemas, necesidades e inquietudes.
Era nuestra obligación trabajar para todos, porque así lo habíamos comprometido, y nunca nos hemos apartado de esa dirección. Hemos procurado, en todo momento, mirar la realidad de nuestra ciudad a través de los ojos de sus vecinos, que para nosotros no sólo son un número más en el censo de habitantes, sino que son personas con nombres y apellidos, con problemas, necesidades e inquietudes.
En estos tiempos en los que se dice con demasiada frecuencia que ‘la política se está volviendo muy distante', desde este equipo de Gobierno nos hemos volcado para que los vecinos no tengan en ningún caso esa percepción de su Ayuntamiento. Hemos intentado en todo momento aportar tres valores esenciales: cercanía, credibilidad y eficacia.
Los tiempos cambian, y las necesidades también cambian. Y a los políticos responsables, que buscamos los avances, nos corresponde centrar nuestra acción en hacerles frente y no mirar hacia otro lado. Ninguna administración responsable puede conformarse con lo que se ha hecho. Y lo que queda por delante es siempre mucho más atractivo.
Por eso hoy, como os decía, me siento muy triste. Porque había puesto todo mi empeño en llevar a cabo algunos proyectos ciertamente difíciles e importantes, sobre los que habría deseado seguir al frente y ahora debo abandonar. Aunque seguirán en buenas manos -esto os lo puedo garantizar- y continuarán su curso terminándose conforme a lo previsto.
En las últimas elecciones municipales de 2007 obtuvimos prácticamente el 70 por ciento de los votos. No hay muchos precedentes de candidaturas que obtengan unos resultados semejantes. Nunca en la historia de Pozuelo de Alarcón un alcalde había obtenido un respaldo similar a su gestión, tras conseguir 19 de los 25 concejales. Fue un apoyo inmenso, enorme. Significó que la gran mayoría de los ciudadanos, dos de cada tres, había depositado nuevamente su confianza en nosotros y, sobre todo, que había respaldado nuestra gestión. Y ese respaldo tan unánime inmediatamente se convirtió para nosotros en un nivel de responsabilidad y exigencia aún mayor.
Podéis estar seguros de que no hay la menos sombra de duda sobre la honradez con la que he dirigido la acción de Gobierno. Ponerla en duda es cuestionar mi dignidad y mi honor; y es también cuestionar la rectitud y profesionalidad de los funcionarios de esta Casa. No paso ni por lo uno ni por lo otro. Los vecinos de Pozuelo no deben tener ninguna duda de la gestión municipal realizada en estos seis años.
La razón por la que dejo la Alcaldía no es otra que evitar que Pozuelo de Alarcón se vea perjudicado por la existencia de un procedimiento judicial en el que me veo imputado.
Quiero dejar claro a los vecinos de Pozuelo que los hechos que se me imputan nada tienen que ver con este Ayuntamiento. La gestión ha sido limpia y transparente. Me voy por las imputaciones falsas que se refieren a mi anterior etapa política, en absoluto vinculada a Pozuelo ni a su Ayuntamiento.
Los hechos por los que se me llama a declarar son radicalmente falsos, y tengo la más absoluta tranquilidad porque estoy en condiciones de demostrar su falsedad. Quiero que todos, vecinos, funcionarios, concejales, estéis absolutamente tranquilos, porque yo lo estoy.
Estoy también indignado, porque es una barbaridad que se acuerde una imputación por un órgano judicial en base a los mismos indicios, falsos, que la propia Fiscalía Anticorrupción rechaza para imputar a otros.
En lo que a mi respecta, soy víctima de un procedimiento político, que necesariamente debe arrastrar a personas a su paso para surtir los efectos que pretenden quienes lo instigan. Denuncio esta forma de hacer política, nunca la he compartido y tampoco, a pesar del daño que me está haciendo, cambiaré ahora mis principios.
Tampoco ha sido nunca la forma de actuar del Partido al que me siento muy orgulloso de pertenecer. Eso queda para otros. Del mimo modo y, con la misma contundencia, no voy a permitir que nadie cuestione mi honor con injurias, calumnias o manifestaciones que afecten a mi dignidad personal. No titubearé en ejercer cuantas acciones judiciales hagan falta para evitarlo.
Confío plenamente en la Justicia. En la Justicia con mayúsculas. Se que pondrá las cosas en su sitio y mi honor y dignidad quedarán restablecidas. Aunque el daño ya está hecho.
Quiero expresar mi sincero agradecimiento a todos los componentes del equipo de Gobierno. Creo que dejo trazada una correcta línea de actuación; la he trazado junto con ellos; en sus manos está ahora seguir trabajando por los vecinos de Pozuelo. Estaré con ellos, en el Grupo Municipal Popular, como un componente más, y les ayudaré en lo que me demanden. Sólo les pido dos cosas, las dos cosas que han marcado mi acción de Gobierno: que estén unidos, y que su único objetivo sea mejorar esta ciudad y el bienestar de sus vecinos.
Mi agradecimiento para los empleados municipales, funcionarios, laborales, desde el último al primero, para mí todos han sido siempre igual de importantes: habilitados nacionales, componentes de las brigadas, consejeros, conductores, policías, a todos, mi agradecimiento por vuestro trabajo, profesionalidad y dedicación.
Mi agradecimiento a los afiliados del Partido Popular de Pozuelo. Os llevo conmigo en mi corazón. A mis colaboradores más cercanos. Gracias. También mi gratitud hacia la dirección del Partido Popular.
No tengo ninguna duda de que el Ayuntamiento queda en las mejores manos. Gonzalo, te deseo mucha suerte. Es necesario el concurso de todos, ayudadle en cuanto sea necesario, como lo habéis hecho conmigo.
Soy un político responsable, por eso sé que en este momento, el mejor servicio que yo puedo hacer a este municipio es dejar el puesto de Alcalde. Y lo hago por encima de mis intereses personales.
Para crecer, para avanzar hacia mayores cotas de prosperidad, y dar respuestas rápidas y eficaces a lo que los ciudadanos demandan, tenemos que seguir haciendo cosas. Lo sentenció certeramente Ortega y Gasset: «La política es tanto como obra de pensamiento, obra de voluntad; no basta con que unas ideas pasen galopando por unas cabezas; es menester que socialmente se realicen». Os aseguro que esta Corporación municipal no se separará ni un milímetro de ese cometido.
Os animo a ello, contad con todo mi apoyo. Muchas gracias.
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