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Vecinos desahuciados en Pozuelo: más que un juego de niños

 
Son muchos, algunos muy pequeños. Se aglutinan en la calle San Antonio de Pozuelo de Alarcón. Comprenden distintas nacionalidades y pasan las tardes jugando en la calle, muchas veces sin la supervisión de un adulto. Todos los vecinos coinciden en que cualquier día les puede pillar un coche. Estos niños tienen algo en común: sus padres han recibido una orden de desahucio.



090617_ropa.jpgLos vecinos de esta zona han recibido hace poco la notificación por parte de la Comunidad de Madrid: al parecer las casas han sido declaradas en ruinas. Numerosos medios de comunicación se han aproximado a estas viviendas para reflejar las condiciones en las que viven sus inquilinos, pero no han plasmado la compleja situación que ellos atraviesan; la mayoría son inmigrantes, pero también hay españoles; algunos de ellos llevan viviendo aquí muchos años. En estos momentos, la consejería de Vivienda les pide que se marchen.

Mercedes Prieto vive desde hace más de 60 años en una de estas casas, pagando un alquiler de renta antigua de 500 de las ya pasadas pesetas. Vive con su hijo, que está trabajando, y tiene que convivir con los hijos de sus vecinos, que campan a sus anchas por el barrio. «Esta tiene cuatro, la otra tiene cinco», asiente, señalando a cada una de las casas colindantes a la suya. «Los niños están abandonados, siempre discutiendo. Yo ya me desentiendo, porque encima los defiendes y se meten contigo».

090617_senora.jpgEstos niños comprenden edades entre uno y nueve años, y tal y como cuenta Mercedes: «Han tenido muchos conflictos con la policía». Según su testimonio, estos niños molestan a todo el mundo, tanto es así que los vecinos de enfrente, de una posición social más acomodada, han denunciado. «Estamos ahora de juicios porque nos quieren echar», afirma Mercedes, «porque estas casas no están para tirarlas, lo que pasa es que no quieren a los extranjeros y ahora tenemos que pagar todos».

Sin embargo un vecino próximo a esta zona, que pide que no se le identifique, dice que no hay ningún problema: «Bueno, son niños, ya se sabe. Están todo el día con el balón y algún día rompen algo, a mi me han roto el faro de la entrada», dice, señalándolo, «pero vamos, que a mi me molestan más los que se juntan en el bar por las noche».

Otras visiones del problema: «La Comunidad dice que el desahucio es por ruina»

090617_mujerperro.jpgOtras vecinas aportan su visión del problema: «Los niños están siempre en la calle, son dominicanos y marroquíes», dice Pilar Sánchez, mientras pasea a su perro. «Los padres los dejan todo el día sueltos y un día les va a pillar un coche».

También hacen declaraciones acerca del desahucio de los inquilinos: «Mi madre se gastó un millón y medio en arreglar la casa, y ahora se tiene que ir», comenta una amiga de Pilar, propietaria de un establecimiento que ronda la zona y que pide no ser citada. «Yo entiendo a los nuevos vecinos que se quejan de que estas casas están muy estropeadas, pero es que las personas que viven en ellas no van a poder encontrar un alquiler por lo que ahora están pagando».

Pilar prosigue diciendo: «El abogado ha escrito al Ayuntamiento, pero no quieren saber nada. Lo curioso es que cuando vino la televisión decían que se podían habitar, y ahora resulta que están en ruinas». Pilar tiene un familiar en la misma situación que su amiga, y concluye diciendo: «Todo esto viene de la Comunidad de Madrid, que dice que el desahucio es por ruina».

La opinión más general es que los niños no molestan, simplemente hay una preocupación de los vecinos por el peligro que supone que estén jugando en esta zona sin ser supervisados por un adulto. La policía del lugar dice que no hay precedentes de ningún tipo de accidente en el que alguno de los niños haya salido herido. «Es normal, la costumbre de esta gente en su país es estar en la calle», comenta otra vecina. «Por la mañana no porque los niños están en el colegio, pero los chiquititos que todavía no van están todo el día en la calle».

Niños muy pequeños, sólos y sin supervisión de un adulto

090617_nina.jpgPrecisamente en la calle San Antón, cerca de la Parroquia del Carmen, hay una niña extranjera de unos dos o tres años de edad caminando cuesta abajo completamente sola, parece que rumbo a su casa; no es hasta media hora después que se la puede ver paseando con su madre. Y es que los niños en otros países se crían y aprenden en la calle, algo inconcebible para la mayoría de los españoles.

Al llegar a la manzana donde están las viviendas declaradas ‘en ruinas’, hay un niño de dos años jugando en el patio; sus padres deben estar dentro de casa, pero en ese momento no hay nadie supervisándolo. Tanto es así que al mirar a los reporteros de este diario se aproxima a la puerta intentando seguirles, pero estos le hacen señales para que no salga. Después de un tiempo es el padre el que sale. Su nombre es Alal, de nacionalidad marroquí; lleva ocho años viviendo en esta casa, tiene cuatro niños pequeños, la más mayor es de siete años. Dentro de poco tiene el juicio por desahucio. «Me parece que los de enfrente nos han denunciado, no quieren gente pobre viviendo cerca de ellos», asiente con pesar, «pero yo ahora estoy en el paro, y no nos han ofrecido nada, no sé qué hacer; tal vez me quede aquí aunque vengan a derribarlo», bromea entre risas, pero con cierta inquietud.

090617_seescapafinal2.jpgMientras está hablando su hijo se escapa y sale andando calle arriba. Alal no se da cuenta en un principio, hasta que el niño está muy lejos en la calle. Es entonces cuando va a por él, lo coge en brazos y lo trae de vuelta. «Los niños están siempre vigilados», afirma cuando se le pregunta sobre el tema, «nosotros los llevamos al parque, y por las tardes siempre están aquí jugando». «Nosotros estamos siempre pendientes de ellos».

Según recoge el actual Plan General Urbanístico del Ayuntamiento, la expropiación de viviendas se produce para la rehabilitación por deterioro de las mismas, pero también prevé el posterior realojamiento de las familias desahuciadas. El problema viene cuando las viviendas se encuentran bajo iniciativa privada, que es algo que representa del 95 al 99% de los casos y lo que les sucede a los vecinos de la calle San Antonio, los cuales no tienen claro que será de ellos: si tendrán que dejar sus viviendas sin un destino claro o si se les ofrecerá una alternativa asequible a su nivel actual de vida.


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