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Lupanares periodísticos

 

Me envía el jefe de prensa del Ayuntamiento de Pozuelo un dossier sobre el tratamiento informativo que El País dio la semana pasada a un pequeño incendio ocurrido en unas dependencias municipales. Y lo acompaña del siguiente texto: «En lugar de sacudir a Yolanda Estrada, que luego me echa a mí la culpa, estaría muy bien que también le dedicases unos párrafos a cómo se las gastan estos ilustres defensores de la libertad de expresión de occidente». Pero, Florentino, hombre de Dios, a buenas horas. No te enteras. Tú, y otros tantos como tú, en esto de El País, andáis a por uvas. Estáis como los pastores en Belén. Es decir, contemplando las estrellas. Pues me acabas de sacar de dudas. A mí, que trabajé allí y tuve que salir por pies, me vas a contar tú la catadura moral de estos sujetos. A Noé le vas a hablar de inundaciones. En otros lupanares, en los que acabaría recalando, observé principios éticos mucho más edificantes.

En una secuencia de Pulp Fiction, Travolta y Uma Thurman entran en casa de ella después de haber ganado el concurso de twist en Jack Rabbit Slimm's, el bar de los batidos a cinco dólares. La mujer pone música, y él se dirige hacia el cuarto de baño, diciendo: «Voy a mear». Uma Thurman hace entonces una de las mejores réplicas de la historia del cine: «Me has facilitado un poco más de información de la que necesitaba, Vincent».


Pues esto de El País es lo mismo. Me dan más información de la que necesito a estas alturas del campeonato. En el PP no se han enterado de que van a por ellos. Hace seis meses que tendrían que haber reaccionado. Exactamente el mismo día en que se supo que Garzón instruía el caso Gürtel. Todos los que hemos aprobado el bachillerato antiguo sabíamos que al día siguiente empezarían las filtraciones en El País. Y que seguirían. Pero en el PP no lo vieron y los destrozos son ya considerables. Aún vendrán más.

El País es sencillamente un panfleto. Un diario propagandista, gubernamental, obsesionado con la derecha, el PP y Aznar. Cualquier observador imparcial lo sabe. Sus ventas caen en picado. Lógico. El periodismo basura no sólo son tomates, sálvames y salsas rosas. El comunicado del Comité de Redacción de El País, reclamando su «derecho a dar información veraz», tras la tardía denuncia del PP de la campaña de acoso y derribo a la que está siendo sometido, es desternillante. Reivindican el rigor y la independencia de sus informaciones. No pude parar de reír en toda una mañana. Rigor e independencia: ¡Tócate los cojones, Mardones! Vaya pájaros. Decía Ryszard Kapuscinski, el ilustre reportero polaco, que ser éticamente correctos es la principal asignatura pendiente del periodismo de nuestros días. Está claro. Tan claro como que El País no tiene la menor intención de aprobarla, siquiera aproximadamente.

 Así están las cosas. Buenos días.


Este diario no asume como propias las opiniones difundidas a través de las colaboraciones y cartas al director que publica.


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