No seas mártir
No sé si es políticamente correcta mi afirmación, sobre todo pensando en algunos concejales. Pero yo digo lo que pienso: Jacobo de María debe seguir o se convertirá en el primer mártir de la libertad de expresión en Pozuelo.
Y lo pienso de veras. Echo de menos a mi compañero de columna. A mi, por ahora, nadie me ha dado un toque. No sé si el Capitán Possuelo puede decir lo mismo. Él tiene una misión más difícil. Apuesto a que a ningún concejal le ha gustado su retrato. Al político le gusta leer una página entera de alabanzas, pero no lleva nada bien una línea de crítica.
He de decir que me ha sorprendido, gratamente, la amplia contestación de los lectores de Diario de Pozuelo a la marcha de Jacobo de María. En tan pocos meses ha conseguido tener un buen número de seguidores. ¿Su secreto? Supongo que la crítica inteligente. Ningún medio de comunicación crece sin crítica. Es lógico, porque los lectores no son tontos y dejan de leer la publicación que sólo sabe alabar. El político, los gobernantes, siempre serán objeto de crítica. Todo el mundo hace cosas mal, y siempre es bueno tener a alguien al lado que, con la objetividad que da la independencia, diga las cosas a la cara. No para molestar, sino para ayudar y, sobre todo, para controlar al poder.
Es la lógica de la democracia. La prensa no sólo es deseable: es necesaria. Es esencial. De lo contrario, ¿quién controlaría al poder que siempre tiende a desmandarse? En nuestro municipio no lo hará ‘Vive Pozuelo’, su Panzer mensual que llega a todos los hogares cada mes. Con esta publicación ya tienen bastante incienso.
En Pozuelo nunca ha habido prensa crítica, y nuestros políticos no están acostumbrados a ella. Eso explica que algunos concejales, pocos afortunadamente, se comporten como los dueños del cortijo: ahora pido favores, más tarde los devuelvo; ahora tomo prestado un coche del ayuntamiento porque el mío está en el taller; más tarde voy de comidita gratis para que me devuelvan un favor. Ordeno y mando pensando en mí más que en los ciudadanos. No estoy hablando de grandes casos de corrupción, pero sí de corruptelas.
Y sin prensa crítica las cosas no se corrigen. Al menos, alguno permanecerá en su sitio por miedo al palo. Y a otro se le moderarán sus aires de grandeza, cuando un medio como éste le recuerde que no deja de ser, en fin, un concejal de pueblo.
Hasta donde yo sé, a Jacobo nadie le ha echado. Se ha ido él. Espero que recapacite. Su labor, y la del resto de columnistas de Diario de Pozuelo, también de los lectores a través de sus cartas al director, es insustituible y necesaria.
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